Se trata de una historia muy cotidiana, ágil, descriptiva, en la que el interés no decae en ningún momento.
Las hermanas Korede y Ayoola viven unidas por el maltrato recibido de niñas por parte del padre, sobre todo en el caso de Ayoola, quien por ser muy bella fue agraviada y vituperada con incluso un intento de ser prostituida por su padre.
Al crecer se vuelve sumamente vulnerable ante cualquier intimidación masculina y esto la lleva a asesinar a sus parejas en forma impulsiva.
Korede le ayuda a cubrir el rastro sangriento, hasta que a Ayoola se le ocurre empezar una relación con el doctor Tade, amor platónico de su poco agraciada hermana.
Asistimos aquí al pesar de Korede al sentir que le arrebatan al ser amado, aunque no se trata solo de eso, sino que también desea protegerlo del peligro inminente.
El personaje de Tade da mucho juego a la trama porque pasa de ser el médico amable que bromea con Korede, quien es enfermera y trabaja en el mismo hospital que él, al amante ardiente que quiere poseer Ayoola a toda costa y en todos sentidos, sin importarle los grandes esfuerzos de su joven amiga por advertirle sobre el tremendo riesgo que está corriendo.
Tade representa al ser humano obnubilado por sus deseos, fantasías y por adjudicarle a una persona características ideales que en realidad son inexistentes. No conoce realmente a Ayoola, solo se guía por el aspecto exterior y esto le puede costar muy caro.
Es interesante el punto de vista de la autora, quien al parecer tiene a la mayoría de los hombres en poca estima. Los ve como seres vacíos y muy pasionales que no ven más allá de un envoltorio lindo.
Excelente lectura, además de entretenida, con personajes cargados de matices y emociones.
Seguiré leyendo a esta mujer tan talentosa.
Oyinkan Braithwaite
*Imagen tomada de Internet
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