Almendra - Won-Pyung Sohn

Premio de los libreros de Japón, 2020.
Editorial Temas de hoy, 2020.
Escritora surcoreana, 1979.

Yunjae es un chico que no siente ninguna emoción porque las amígdalas de su cerebro no se han desarrollado más que al tamaño de una almendra. Se le ha diagnosticado alexitimia o “incapacidad para expresar los sentimientos”. 

“En realidad, lo que tengo no es tanto incapacidad para expresar sentimientos como dificultad para sentirlos […] No experimento del todo los sentimientos ni tampoco puedo leerlos correctamente en los demás y confundo unos con otros.”

Es por esto que Yunjae no es amable con sus compañeros si estos experimentan algún problema o accidente. Incluso en las peores circunstancias el chico permanece impasible, aunque al menos es capaz de comprender si debe dar o no la señal de alarma a los demás. 
“Solo entendía el mundo de manera literal y no mediante señales como ceños fruncidos o caras tristes”. 
La madre procura darle indicaciones, la principal consiste en intentar imitar a otros sobre todo en las expresiones: “Si el otro sonríe, sonríe del mismo modo”.

Yunjae estudia a conciencia las reglas sociales que otras personas adquieren por instinto: l debía memorizarlas una a una. Los entramados sociales se van haciendo más complejos conforme va creciendo y de la misma manera la interacción con los demás se va complicando. 

Es la madre, incansable, quien intenta ayudarlo a sortear el paso por la vida e incluso inventa un juego de situaciones en el que el hijo debe identificar la emoción: 

“Si alguien me convidaba algo rico, debía sentir alegría y agradecimiento.”

Sin embargo, las posibilidades empiezan a ser demasiadas y las capacidades innatas que se van desarrollando mediante el contacto con los demás en él se hacen imposibles. Incluso para la madre comienza a ser difícil responder ante tantas variables, pero continúa con tenacidad en su intento por sacarlo adelante. 
Yunjae vive con su madre y su abuela en una librería, situación que lo hace sentirse cómodo en lo que cabe. Los libros entran en su vida y se interna en ellos enriqueciendo su conocimiento del mundo: 
“Los libros me transportaban en un instante a los lugares donde no podía ir, me transmitían las confesiones de personas que no conocía y me mostraban las vidas que no podía observar de cerca. También estaban repletos de sentimientos que no podía sentir y de experiencias que no había vivido.”
Yunjae experimenta de forma muy profunda el contacto con los libros a diferencia del cine o los dibujos animados, porque lo que en estos últimos se plasma de manera inamovible y permanente, en las obras literarias cambia por completo al haber una interacción especial y distinta debido a los resquicios en los que se puede penetrar. Y es que cada mente imagina a su manera: 
“Los libros eran diferentes porque estaban llenos de espacios vacíos, no solo entre palabras, sino también entre líneas.”
Un suceso fortuito hace que Yunjae se quede solo a los 16 años y en este punto la narración da un giro en el que el chico deberá valerse por sí mismo sin más ayudas o ejemplos salvadores. Comienza también la interacción con otras personas al continuar con sus estudios y esta parte de la narración es también muy interesante porque conforme va creciendo, su cuerpo se modifica apoyado en la búsqueda por convertirse en un ser humano. Esto lo lleva también a conocer aspectos de la propia condición humana que no necesariamente le agradan, aunque en la vida siempre hay sorpresas. 

“Yo he decidido afrontar la vida del modo en que lo he hecho siempre: tal como viene y en la medida en que puedo sentirla”. 

Me encantó esta pequeña obra de estilo ameno, sobrio y descriptivo, con actitudes muy gráficas que el narrador en primera persona expone a su manera. Es una historia de supervivencia en un mundo desconocido, desconcertante y hostil en el que aparecen personas que, bien o mal, van encauzando los intentos por desarrollarse. Todas son experiencias que pueden ir moldeando de alguna forma una mente en principio casi impermeable a la asimilación de sensaciones como la de Yunjae.


Won-Pyung Sohn


*Imagen tomada de Internet

2 comments:

Lola said...

Muy interesante.
Una limitación muy grave la del protagonista. Supongo que la autora conoce este problema de primera mano y, aun así, debe haber un grandísimo esfuerzo de empatía.

RebecaTz said...

Hola, Loli, creo que este libro podría gustarte por aquello de que profundizas mucho en toda la problemática y psicología de los personajes.