El edificio Yacobián – Alaa Al Aswany

Editorial Maeva, 2007.
Escritor egipcio, 1957.

Llegué a esta novela a través de una oportuna recomendación que recibí mientras leía El Callejón de los Milagros.
El Edificio Yacobián presenta un espacio similar, aunque menos cerrado que el microcosmos de la novela de Mahfuz, ya que en este libro hay más apertura para narrar situaciones que no dependen precisamente -o con tanta certeza- del inmueble, mientras que el callejón impregna a sus moradores con su esencia, convirtiéndolos en seres que incluso desarrollan un vínculo emocional con él, para bien o para mal.

Construido sobre la calle Suleimán Pacha, en 1934, por el millonario Hagop Yacobián, en sus inicios fue una expresión de suntuosidad, en la que vivió “la flor y nata de la sociedad de aquellos días”.
La azotea del edificio estaba conformada por dos habitaciones para los porteros y cincuenta “pequeños trasteros” de metal, de dos metros cuadrados cada uno, correspondientes a otros tantos apartamentos de la construcción. En los primeros tiempos servían para los más variados usos hasta que, en 1952, la Revolución cambió su situación porque muchos de los habitantes del edificio emigraron, y el cariz de la gente que comenzó a ocuparlo nuevamente se transformó por completo, albergando incluso a militares, cuyos sirvientes convirtieron los trasteros en dormitorios hasta que, continuando en esta línea, llegó un momento en que los pisos y sus respectivos cubículos quedaron completamente desvinculados:
“Los antiguos mayordomos y los criados vendieron sus cuartuchos a emigrantes pobres venidos del campo…”
“La azotea no tardó en parecerse a cualquier otra comunidad popular egipcia. Los niños correteaban descalzos y semidesnudos por los rincones de la terraza. Las mujeres pasaban el día calentándose y contándose cotilleos al sol.”
Por tanto, la azotea se constituyó como un mundo aparte. En sus habitantes se centra esta obra, aunque también destaquen algunos inquilinos –relacionados con ellos- de los cómodos y amplios apartamentos, que el autor utiliza, entre otras cosas, para contrastar las profundas diferencias entre unos y otros.

No se puede decir que todas las historias planteadas se entrelazan en algún punto; el relato nos ofrece una amplia variedad de estratos y situaciones sociales, en un abanico que muestra buena parte de la sociedad egipcia de la segunda mitad del siglo XX.
Temas como la pobreza, la homosexualidad y la corrupción política se combinan con otros más íntimos y cotidianos, con un resultado excelente.

Los personajes son muy redondos, sólo voy a mencionar a los más relevantes, aunque muchos otros contribuyen a conformar la visión polifacética de la novela, que arranca describiendo la vida de Zaki Bey el Desouki -hombre mayor de buena posición-, y su apasionada admiración por el sexo femenino.
Taha, el inteligente hijo del portero, se perfila como una de las figuras más significativas: con él se muestra el elitismo reinante en ese lugar, ya que destaca en los estudios por encima de los hijos de sus acomodados vecinos, a quienes resulta intolerante que alguien, considerado como "inferior", sobresalga por encima de los de su clase. No conformándose con los desprecios que le demuestran, hacen todo lo posible por obstaculizar sus progresos. El joven, que anhela convertirse en policía, se topa contra la pared en su intento, y se ve irremediablemente conducido hacia uno de los grupos islámicos más radicales de los años ochenta y noventa (Gamaa Islamiya).
Busanya, novia de Taha, se ve obligada a trabajar tras la muerte de su padre, y de sufrir los abusos de los patrones, cosa que trasforma por completo su carácter y su forma de ver la vida.
"Muchas veces pensaba aunque después se arrepentía, que Alá quería hundirla, ya que si hubiese querido otra cosa para ella podría haberla hecho rica o haber retrasado la muerte de su padre unos pocos años, pues para Él esto era fácil."

El tema homosexual, tan mal visto (debe ser tratado con gran disimulo), se manifiesta a través del establecimiento que se encuentra bajo el edificio, el Chez nous, y de la vida de Hatem Rachid, hombre de costumbres occidentales que de pequeño fue seducido por su criado. Los sucesos que se desprenden de su convivencia con Abduh, su amante, representan en cierta forma la eterna pugna oriente-occidente, en lo que a puntos de vista se refiere. La sensación de culpa del Abduh, ante su profunda religiosidad, llega a ser infranqueable.

Más adelante se aborda el asunto relacionado con la corrupción política, la compraventa de cargos importantes, la manera en que unos pocos se enriquecen a través de esto y el narcotráfico, reflejando cada una de las trabas que una sociedad -dirigida por unos cuantos individuos con intereses preestablecidos- impone a gente que podría haber tenido una vida completamente distinta. La podredumbre que afecta a todo el sistema es tan compacta, que nadie que se precie de hacer negocios limpios y fructíferos en ciertos niveles, logra demostrarlo.
La democracia es prácticamente inexistente, el libro me dejó la impresión de que quizá esta es una de las razones por las que tantos hombres se dejan seducir por la ley islámica en el sentido fundamentalista, ya que al menos les infunde una sensación de franqueza y de justicia.

Además de la observación detenida y puntillosa que hace el autor de todos estos aspectos, destaca la parte erótica, manejada con cierta profundidad en las vertientes heterosexual y homosexual (de manera impecable).
Quedé encantada con esta lectura.

13 comments:

e. r. said...

Hola, Andrómeda
es un encantador descubrimiento este autor que citás. Hasta ahora solo leí uno de Mahfuz y tengo un vistos un par por ahí en usados. Este tipo de libros sí que da gusto leer.
Saludos

Carolina said...

Hola, Andromeda:
Sigue escribiendo reseñas de libros con condominios, que yo voy tomando nota. Ya sabes que me gustan este tipo de estructuras.

mario skan said...

Veo que estás incursionando en la literatura oriental contemporánea. Según leí en algún comentario, vos estuvista en oriente, así que imaginás a los personajes desde esa experiencia.
Muy buena reseña. Anoto y tengo en cuenta para adelante.El edificio está copado, es el de la foto? ahi pueden ocurrir las cosas más insólitas.

saludos

RebecaTz said...

Hola, e.r., en verdad que este es un libro para disfrutar; como dices, todo un descubrimiento (tal parece que en Egipto ha tenido un gran índice de ventas, y además se ha traducido a varios idiomas).
Vi algunos de Mahfuz la última vez que fui a la librería, todos muy interesantes (al menos esa impresión me dieron las contraportadas); a ver si me decido por alguno pronto.
¡Saludos!

Carolina, no te pierdas este libro (más inquilinos y muy bien delineados), seguro te va a gustar. :)
¡Abrazos!

Hola, Mariano, fui a Egipto en abril pero sólo conocía el libro de Mahfuz (tenía en mente visitar el callejón de Midaq).
De este libro/edificio desgraciadamente no tenía idea (la foto es de la web, se nota que debe haber sido un edificio muy lujoso en sus inicios).

¡Un saludo!

Anonymous said...

Andromeda, me ha encantado esta reseña, me han dado ganas deconocer el libro y mañana mismo lo voy a buscar.
Yo leí Tras la celosia de Mahfuz y me encantó.
Un aludo
Teresa

RebecaTz said...

Me alegra mucho, Teresa, creo que no voy a quedar mal recomendándolo, de verdad que es un libro muy bueno. ¡Espero que te guste!
Me parece que el libro de Mahfuz que mencionas es uno de los que acabo de ver en una librería. Ahora ya sé cuál elegir. :)
¡Un saludo!

Lluís Salvador said...

Hola, Andrómeda:
Tus reseñas, como siempre, son lo bastante intrigantes como para incitar a la lectura. No conocía este libro, pero tomo nota de él.
Gracias, y un saludo!

María said...

Andromeda...lo que cuentas del libro, me "suena" tanto...y aunque no vengo de Egipto...me ha parecido más cercano, al venir de un país donde el islam es la religión oficial, y donde las azoteas de los edificios tienen mucho sentido. El libro y cómo transmites tú, me ha dejado enganchada. Creo que tendré que hacerme pronto con un ejemplar. Gracias por estas reseñas!!
Miles de besos!!

María said...

Estuviste en Egipto en Abril??? Qué tal la experiencia?? O ya lo conocías?? Perdona mi curiosidad, pero es que aún no he ido, y me parece una ciudad mágica.

RebecaTz said...

Gracias Lluís, vuelvo a recomendar el libro, me parece que podría gustarte (creo que la vida cotidiana te atrae tanto como a mí). :)
¡Un saludo!

Hola María, no te pierdas este libro. :)
No conocía Egipto y de hecho aproveché para visitar también Estambul y Atenas (e islas cercanas).
Egipto... Sí que es un país mágico; ese viaje no lo cambiaría por ningún otro, me emociono con sólo recordarlo. ^ ^

Por cierto que Orhan Pamuk, el Nobel turco, tiene una obra autobiográfica titulada Estambul, ciudad y recuerdos (Mondadori). Hay a quien esta obra le ha parecido un tanto aburrida (a mí me gustó mucho), pero para quienes conocen la ciudad, seguro lo será menos.
La leí hace unos añitos, pero ahora quiero releerla (motivada por el viaje). A ver si pronto le dedico alguna entrada.
Volví enamorada de Estambul; es una ciudad preciosa, de las más bellas del mundo.

¡¡Besos!!

R. said...

Hola Andrómeda!

Vaya que hiciste el recorrido de Javier Reverte en "El corazón de Ulises"! (Extraordinario libro.)

Como siempre tus reseñas nos despiertan el apetito lector por lo que lees. Yo te cuento que conseguí El callejón de los milagros, del Nobel egipcio, en una edición sencilla, así que pronto lo leeré.

Saludos,
R.

P.D. Otros colores, el libro de no ficción recopilatorio de Pamuk, también es de lectura recomendada.

RebecaTz said...

Hola, R., precisamente una amiga me propuso leer la novela de Reverte antes del viaje (se lo agradeceré eternamente).
Me alegra que ya tengas el libro de Mahfuz, yo acabo de comprar otra novela suya que se llama El Cairo Nuevo (buscaba Tras la celosía, que espero encontrar pronto).

Recuerdo bien tu excelente reseña sobre la obra de Pamuk.

¡Un saludo!

Unknown said...

hola: el libro tambien toca los "no" derechos de la mujer, donde la toman por la fuerza y le practican un aborto. Sin tener en cuenta lo que ella piensa y quiere.
un cordial saludo!