Libro y tecnología


Imagen extraída de Sony


Escribí este texto hace unos meses y lo tenía archivado, pero la última entrada de R., me ha animado a publicarlo, ya que habla de cubiertas de libros, de estanterías, y además nos remite a una Alabanza de libro con la que coincido completamente.

Frente a un tema de gran actualidad y amplitud, destacan algunos aspectos en los que se reflexiona reiteradamente en el mundo editorial.
Los avances tecnológicos han facilitado al lector el acceso a obras literarias descatalogadas o difíciles de ubicar; las bibliotecas virtuales han dado un giro a la idea del libro tradicional, para situar al lector frente a un nuevo concepto sobre el cual se debate intensamente, suponiendo y confirmando, de acuerdo a los avances, sus nuevos derroteros.
Además de contribuir con una mayor difusión de las obras literarias, las nuevas tecnologías extienden las posibilidades de implicarse en ellas, al hacer factible situaciones como compartir impresiones con otros lectores, contactar con el autor, etc., y así acceder a datos que pueden enriquecer la lectura.

Ante estas circunstancias, surge el cuestionamiento sobre el futuro del libro como tal (como objeto). Los libros electrónicos constituyen una realidad, aunque todavía no han llegado al punto máximo de difusión. Al menos hasta el día de hoy, el papel sigue teniendo un papel preponderante, aunque se teme una crisis ante las nuevas opciones (hay una gran cantidad de bibliotecas virtuales, donde se puede acceder -hasta el momento- a libros gratuitos de todo tipo).

Es un hecho que periódicos y revistas, cuyas publicaciones se pueden encontrar en la red, continúan vendiendo sus productos originales. En el caso de los libros, el precio -supuestamente más bajo- , el tamaño y la posibilidad del libre acceso a miles de títulos, otorgan un atractivo innegable a los soportes electrónicos, que además se perfeccionan constantemente. Tal vez no está muy lejos un soporte ideal que satisfaga las necesidades del consumidor más exigente.

El libro no desaparecerá en un futuro cercano; sin embargo, es prácticamente impredecible lo que sucederá a largo plazo. La digitalización a gran escala ya es un hecho, lo cual supone una solución al problema de libros descatalogados o difíciles de conseguir, entre otros. Los editores tendrán que adaptarse a estos cambios si quieren sobrevivir. Incluso algunas editoriales ya están ofreciendo nuevos servicios de acuerdo con las necesidades que genera la tecnología actual, como la posibilidad de empezar a leer el libro antes de comprarlo.

Por otra parte, el negocio del libro se enfrenta a los miles de e-books gratis que se pueden conseguir a través de internet; las bibliotecas personales se pueden guardar en pequeños dispositivos que facilitan su almacenamiento y transportación. En cualquier caso, el costo del e-book debería ser mucho menor al de la obra impresa, facilitando su acceso a un mayor número de lectores (y digo debería, porque algunas librerías de mi país comienzan a venderlos a precios muy elevados).

Uno de los pronósticos más generalizados afirma que, con el tiempo, el formato digital superará al papel, aunque se cree que el libro tradicional jamás desaparecerá del todo.
El proceso evolutivo de los libros electrónicos hará que más lectores se sumen a sus ventajas, pese a la reticencia de sus más convencidos detractores, quienes defienden al libro con argumentos muy válidos, como el insustituible placer de tocar un libro, de apreciar el tipo de papel, el aroma, el paso del tiempo, el impacto visual de todos sus detalles, el admirar las estanterías… Me parece que estos aspectos nunca dejarán de ser atractivos.

Es probable que los más jóvenes contribuyan de manera decisiva a marcar el nuevo rumbo de la industria editorial, de acuerdo a sus preferencias, ya que los que han nacido con la tecnología al alcance de la mano tienden a asumirla como parte integral de sus vidas.
Las distintas perspectivas quizá promuevan la permanencia del libro tradicional, aunque probablemente será bajo otras circunstancias, ya que los libreros se verán obligados a ofrecer una amplia variedad de productos para poder satisfacer las distintas demandas de los usuarios.

La tecnología e-book ya se está enfrentando a la piratería (como ha ocurrido con el cine y la música), y el tema de los derechos de autor tendrá que replantearse y reestructurarse para unificar criterios. Los ingresos del escritor y el editor dependerán, en gran medida, del buen manejo de la difusión de las obras.

En el mundo contemporáneo continuará la convivencia entre la manera clásica y novedosa de leer un libro; los interrogantes sobre el futuro se abren a diversas posibilidades, pero sólo el tiempo podrá proporcionar respuestas precisas.

Yo leo en ambos formatos (el e-book me ha permitido acceder a obras difíciles de conseguir), pero el papel todavía es insustituible para mí.

Les dejo este enlace a un video sobre "El nuevo sistema" (se van a reír).

17 comments:

mario skan said...

Inevitablemente y para bien, la tecnología nos brinda el acceso a libros que no se hallaban ( como vos nombrás ) también nos ofrece un pantallazo, si uno quiere, de una novela antes de comprarla ( por ejemplo: tengo en PDF todos los libros de Bolaño )
En mi PC residen varios libros en pdf y word, comprimidos en rar.
Destacados: El paseo y Jakov von Gunten de Walser, todo Dick, infinidad. Recientemente bajé El testigo de Juan Villoro y estoy esperando que alguien suba a la red El mal de Montano de Vila-Matas o algún otro que no sea Baterbly y compañia y La asesina ilustrada.
No sé si el libro será suplantado por la pantalla, ésta última debe mejorar muchísimo para no dañar la vista. Lo que si está claro es en el aumento de la brecha tecnológica entre paises.

saludos

Carolina said...

“Comparado con el pergamino lleva más tiempo dar vuelta las páginas de un libro”...

mario skan said...

Corrección: quise decir Bartleby en lugar de lo otro.

RebecaTz said...

Hola, Mariano, yo también tengo varios libros en Pdf (y otros formatos). Leer en la pantalla de la computadora -me- destroza los ojos, pero los libros electrónicos no emiten brillo, por lo que el asunto mejora considerablemente (antes solía imprimir los libros descatalogados que quería leer).
Lo malo es que estos artefactos -de los cuales hay ya varias versiones en distintas marcas- no se han comercializado en Latinoamérica -al menos no en mi país-, mientras que, en otros, incluso los venden en el supermercado...
¡Un saludo!

Hola, Carolina, tal parece que todo al principio es complicado. :)
Abrazos.

Gonzalo Muro said...

Creo que los nuevos formatos (sea cual sea la forma que tomen pues creo que aún estamos en fases de tanteo) terminarán por imponerse. Y, por cierto, el video GENIAL.

Un abrazo.

María said...

Aun no me he animado a adquirir un e-book. Sigo con los libros similares al "pergamino" del libro (jeje, ya lo había visto, pero he disfrutado viéndolo de nuevo)
Me ha gustado mucho esta reflexión acerca de los libros. Soy una nostalgica y nada práctica, así que me sigo dejando llevar por las lecturas en libro. Eso no quita, para que con el tiempo...seguro que me animaré a leer en pdf. De momento cargo con ellos en la mochila.
Besos grandes!!

R. said...

Hola Andrómeda!

A propósito del libro electrónico, en el blog de La hierba roja encontré el enlace a una interesante entrevista -que tal vez ya conozcas- a la conocida agente literaria Carmen Balcells que se titula El libro nunca morirá. Dios la escuche!

Tránquilamente, acá los libros pueden ser considerados como bienes de lujo por sus altísimos precios. De ahí que conozca a personas aficionadas a la lectura que aprovechan cualquier medio tecnológico para leer, no considerado para tal fin, como el mp4. Pero se tratan de lectores. No sé si los libros electrónicos formarán nuevos lectores, y de qué tipo, ya que con un click cualquier estudiante, de cualquier nivel tiene libre acceso a ingentes reseñas ajenas.

En fin...

Gracias por compartir tu artículo. A mí también me causó gracia ver nuevamente el video. :D

Saludos,
R.

e. r. said...

Hola, Andromeda!
Hay toda esa cosa de poder acceder a todos los libros del mundo con esto de la tecnología de la distribución. Pero una cosa es cierta: ¿en verdad necesitamos tener todos los libros del mundo con nosotros? ¿Tanta dedicación a la lectura?
Además, lo cierto es que solo nos quedamos con los textos. Los libros son olorosos, se deshojan, contienen una que otra historia e ideas generales o específicas, y se rompen y queman. El texto es solo una parte, como el argumento en una obra teatral.
Me gusta mucho eso de tener todos los libros; pero si me pongo a pensar bien no los leeré todos.
Hay que sin embargo admitir que estará bien no destruir más árboles para imprimir boludeces.
Saludos

RebecaTz said...

Hola, Gww, también creo que estos aparatos llegaron para quedarse; espero que puedan convivir con el libro sin problemas.
¡Un saludo!

Hola, María, yo también soy una nostálgica, incluso tengo un ex-libris para personalizar mis libros. :)
¡¡Besos!!

No conocía la entrevista, R., muchas gracias, copio la última reflexión, que me gustó mucho:

«¿Y qué le pasará al libro tal como lo conocemos ahora? "No morirá nunca. Se decía que la televisión acabaría con la radio, y tampoco acabó con el cine, ni Internet acabará con nada. El mundo del desarrollo tecnológico es fascinante, llegará a las aldeas, hará más lectores, y todo el mundo saldrá beneficiado"».

¡Un saludo!

Hola, e.r., coincido con lo que dices, hay más libros en la red que tiempo para leerlos; a mí me sirve, sobre todo, para tener acceso a algunos textos descatalogados o que simplemente no se comercializan en mi país.
¡Saludos!

Leox said...

Alberto Manguel , señala que el libro de bolsillo es una tecnologia que se viene perfecionando desde la epoca del papiro

Raúl Ciriza said...

Seguro que el libro electrónico se instala: es infinitamente más cómodo, versátil y permite un ahorro de espacio importante. Ahora bien, espero que conviva con el tradicional en papel. Si no, cuando los seres inteligentes del futuro quieran saber qué pasó con los extinguidos y misteriosos humanos tendrán que inventar la electricidad para poder averiguarlo!

RebecaTz said...

Sin duda así es, Leox. :)

Hola, Zeberio, buen punto, yo también espero que convivan para siempre.

Un saludo, chicos.

Lola said...

¡Qué razón tienes cuando dices que el futuro del libro a largo plazo es impredecible! Me gustaría creer que no desaparecerá jamás, ya sabes que yo soy muy tradicional para esto de los libros, pero es verdad que tal vez las nuevas generaciones se habitúen a otros formatos y no les quede nada de ese cariño que lectores como yo sentimos por los libros.
El tiempo dirá.
Buen artículo, Andrómeda. ;)

RebecaTz said...

Esperemos que ese cariño dure para siempre.
Si algún día el libro electrónico se convierte en lo cotidiano, la añoranza y el gusto por el tradicional podrían incluso intensificarse.
Esto es divagación C.F., pero linda. XDD

Gracias, ¡besos!

Carmina said...

No he considerado la posibilidad de comprar un libro electronico, aunque tendre que ir pensandolo porque no tengo forma humana de almacenar mas, leer en el ordenador me cansa los ojos pero he visto que dices que el libro electronico no emite brillos y por lo tanto no cansa tanto, aun asi supongo que a corto plazo no tendre uno, pero ire investigando modelos y precios a ver que tal, por cierto buen post, yo creo que los libros no desapareceran mientras hayan nostalgicos como yo que prefieran el papel

RebecaTz said...

Hola, Carmina, yo alterno el Reader con los libros; poco a poco me he ido habituando a él y me gusta tanto que ahora soy mucho más selectiva en las compras.
Yo creo que vale la pena tenerlo, de este modo he leído muchos libros descatalogados o difíciles de conseguir en mi país.
Como dices, el problema del espacio se resuelve en gran medida. :)

Gracias por la visita, ¡un saludo!

Humanoide said...

muy camp