Los Santos Inocentes – Miguel Delibes


Austral, 2010. 
Escritor español (1920-2010).


En las pocas novelas que le he leído a Miguel Delibes, el tema de la provincia y el mundo rural constituye el fresco que con trazos precisos más el fiel reflejo del entorno a través del lenguaje, determina los intensos sucesos que se van desencadenando a lo largo de la trama. 

Tal es el caso de Los Santos Inocentes, novela que comienza con un tono muy descriptivo y en la que predomina la sencillez estilística, pero que poco a poco va cobrando fuerza y profundidad en el análisis de la vida en un cortijo en el que tanto los amos como los criados juegan a fondo sus roles y donde los valores preestablecidos  parecieran inamovibles de tan rígidos y acartonados en el trato entre el ser humano y sus semejantes. 

El breve conjunto de seres oprimidos se compone principalmente por Paco, alias "el Bajo", su esposa Régula y sus hijos: Nieves, Rogelio, Quirce y Charito (la Niña Chica), esta última llamada así por su incapacidad física y mental. 
Personaje crucial es Azarías, hermano de Régula, el cual también presenta un retraso mental a pesar del cual pasa la mayor parte de su vida trabajando en el Cortijo o finca de La Jara, dedicado -entre otras cosas- al cuidado de un búho al que cariñosamente llama "milana bonita". Tras la enfermedad y  muerte del ave, Azarías es despedido sin ninguna contemplación: tanto su vejez como sus hábitos han terminado por molestar al propietario, por lo que regresa a vivir a casa de su hermana. 

La vida en el cortijo transcurre a través de los deseos de los "señoritos", hacendados que pasan los días entre la actividad de la caza, fiestas y otras diversiones. Paco, el Bajo, es el "secretario" del señorito Iván en la cacería, lo ha acompañado durante muchos años y aunque ya es viejo continúa esforzándose todo lo posible, hasta que un día cae de un árbol y se rompe una pierna. La actitud del Iván es despiadada, sólo toma en cuenta  sus intenciones egoístas, el mero disfrute y entretenimiento, por lo que tras la visita al médico y una orden de reposo absoluto, de cualquier manera obliga a Paco a levantarse y acompañarlo nuevamente, propiciando una dura recaída. 

Por otra parte, Nieves, la inteligente y despierta hija de Paco, es requerida como criada en casa de otro de los señores, por lo que sus padres, sin posibilidad de voz ni voto en el asunto, ven a su hija partir mientras se diluyen los sueños de asistir al colegio que se habían expresado de esta manera: 
"Ahora la Nieves nos entrará en la escuela y Dios sabe dónde puede llegar con lo espabilada que es."
Cuando Nieves ya está instalada y afanándose en sus quehaceres, nace en su interior la idea de hacer la Comunión, osadía que es examinada con estupefacción burlona por parte de los señores: 
"Pues ahí tienen a la niña, ahora le ha dado conque quiere hacer la comunión, y, en torno a la gran mesa, una exclamación de asombro y miradas divertidas y un sostenido murmullo, como un revuelo…"
Azarías, que al fin se consuela por la muerte del búho adoptando otra ave, una nueva "milana bonita" a la que colma de atenciones y la cual llena sus días, atrae finalmente la atención del señorito Iván, quien lo requiere como ayudante en una nueva cacería, dada la discapacidad momentánea del experto Paco. Azarías se presenta el día indicado y la actividad transcurre sin novedad o emociones para el amo, pero cuando aparece en el cielo una bandada de grajos, entre los cuales vuela la milana de Azarías, éste se apresura a llamarla con el característico "¡quiá!",  señal con la que el ave se separa del grupo para bajar a posarse sobre el hombro de su dueño. Al mismo tiempo, el señorito Iván ha puesto en la mira al inesperado objetivo mientras Azarías, horrorizado, se apresura a advertirle que se trata de su milana…

El desenlace no resulta inesperado pero sí impactante. En esta novela la denuncia social se abre camino a través de cada una de sus páginas; el sometimiento absoluto y el trato abusivo hacia los desposeídos  se exponen sin florituras. El lenguaje coloquial del cortijo acentúa la identificación con los personajes desvalidos y constantemente humillados, literalmente utilizados de acuerdo al antojo de los poderosos. 
Azarías es el inocente al que se hiere profundamente y que reacciona de acuerdo al primitivismo que representa debido a su condición. Los señoritos se erigen como poseedores absolutos de los cortijos (con todo lo que contienen, incluyendo a las personas) en una obra que, situada en pleno siglo XX, no deja de traer a la mente las referencias medievales del latifundio, y al mismo tiempo, de representar la universalidad de estas situaciones despóticas y arbitrarias.


Imagen de la película de 1984, dirigida por Mario Camus. 

19 comments:

Anonymous said...

Voy a tener que leer el libro, me ha encantado tu reseña. Muchas gracias, Andromeda. Un abrazo.

RebecaTz said...

Mil gracias, Ash, me alegra muchísimo que te haya gustado.
¡Besos!!

Lola said...

He visto la peli (imposible olvidarse del papelón de Paco Rabál) pero el libro no lo he leído. Mal hecho porque debería ser al revés: primero libro y luego peli. XD
De todos modos se que merece la pena y está entre mis pendientes.
¡Un abrazo!

Adam J. O said...

Muy buena y detallada, reseña, como todas las tuyas. Ya hacía tiempo que no subías una.
No conocía esta novela, aunque desde hace poco estoy leyendo otra del mismo autor, que por cierto me está gustando.
Saludos

RebecaTz said...

No hubiera podido imaginar mejores caracterizaciones, Lola, es una película magnífica y más. Como ver pasar el libro ante nuestros ojos (de cualquier manera es bueno que esté entre tus pendientes, te lo leerás en dos horitas a lo sumo). :)
¡Un abrazo!!

RebecaTz said...

Hola, Adam, yo aquí con mi eterno plan de retomar el blog, :D muchas gracias por pasar y comentar.
No te pierdas esta novela con su respectiva película.
¡Un saludo!!

Mafalda said...

...

Ni la película ni el libro he conocido.
Me gusto mucho tu reseña.

Gracias por compartir...

Mafalda.

RebecaTz said...

Muchas gracias a ti por pasar y comentar, Mafalda, me alegra que te haya gustado la reseña. :)
¡Un abrazo!

Anonymous said...

No he leído más que un libro de este autor, pero tu reseña me anima a seguirlo leyendo ¡que bueno que has vuelto! ;)
un beso,
Ale.

RebecaTz said...

Mil gracias, Ale. :)

Teresa said...

El libro es impresionante y la película inmejorable. Aquí se dan las dos vertientes, un buen libro y una buenísima película.
Muy buena entrada.
Un abrazo
Teresa

RebecaTz said...

Mil gracias por pasar y comentar, Teresa, ¡Un abrazo!

Al rico libro said...

Muy duro.

María said...

Andrómeda...no me había dado cuenta que no te había dejado mensaje aquí...pensé que sí lo hice. Puede ser, que no se me haya grabado...
Como siempre, me quedo con la boca abierta leyéndote. Hace mil años que leí este libro, en la escuela, y lo tengo ya en el olvido. De hecho, creo que al leerlo con obligación, no tengo muy buenos recuerdos.
Al leerte a ti, no es que se me hayan quitado las ganas de leerlo, pero sí de ver algún fragmento del libro. Porque ahora, lo veo de otro modo que cuando era niña...ahora pienso que esas historias son relatos más certeros que ficticios.
Me gusta mucho como lo cuentas...como nos llevas al desenlace del libro...a los lenguajes coloquiales...a un mundo que podría estar más cerca...y que aún en muchos pueblos (el mío también) se habla de un modo tan primitivo que parece un lenguaje inintelible.
Bueno...Andrómeda...me encanta saber que andas por aquí de cuando en cuando...es como si volvieras de largos viajes, o lecturas...y te detuvieras un rato a comentar o a dejarnos una entrada...
Te deseo una muy feliz Navidad...cargada de ternuras, AMOR (del grande) y mucha ilusión (sin ella el mundo no se mueve...o lo hace peor).
Un abrazo grandísimo!!!

RebecaTz said...

María, qué bellas palabras, creo que del sabor de este libro todavía queda mucho en ti, aunque solo sea por esa obligación que a todos los atemorizaba en los años escolares. Te recomiendo más bien la película, las interpretaciones son fabulosas.

No he cerrado o abandonado del todo el blog porque no pierdo la esperanza de reorganizarme. A ver si el año que empieza me depara mejores momentos para escribir.

Mil gracias, te deseo toda la felicidad del mundo, querida María. ¡Felices fiestas!!

Néstor said...

Es una obra que tengo pendiente de este genial autor. Te animo a que leas más de él. Yo he dedicado en mi blog algunas entradas de obras que he trabajado en mi carrera.

http://imaginarseasisifofeliz.wordpress.com/?s=miguel+delibes

Un saludo

Pollo said...

Andrómeda, se te extraña! Espero que todo te esté yendo bien, leí dos libros de Delibes que, aunque interesantes, no terminaron de impulsarme a seguir leyéndolo. Pero, como pasó con Auster, tus reseñas son muy motivantes e interesantes, así que espero conseguirme "Los santos inocentes"
saludos!

RebecaTz said...

Mil gracias por la visita, Pollo, yo siempre tengo el plan de retomar el blog y espero poder concretarlo. ^^
Delibes también me ha dejado un poco desmotivada, pero este libro a partir de la segunda mitad cobra un impulso notable.
¡Un abrazo!!

Mil gracias, Néstor, en cuanto pueda me daré una vuelta por esas entradas.
¡Un saludo!

Hosting said...

Un maravilloso trabajo, que gusto ha sido visitarte.