Sexto piso, 2009.
Escritor serbio, 1937.
Ya desde el prólogo Goran Petrović advierte al lector sobre el contenido de esta obra, diciendo que no se detendrá en enfatizar sus virtudes pero sí en destacar lo inquietante que puede resultar. Y decididamente no se equivoca.
El relato habla de un enfermo que viaja en tren resuelto a visitar por última ocasión su querido Montenegro. Se narra en tercera persona y mediante un cambio en la tipografía se va intercalando con la crónica de un personaje que habla a su vez en primera persona y que se encuentra con un tal Jakov, compañero de aventura en la montaña.
Las historias se entrelazan cuando el moribundo baja del tren y se encamina hacia la montaña hasta toparse con los dos desconocidos. En lugar de saludarlos y detenerse a charlar unos minutos, como sería natural, echa a correr de improviso mientras que los sorprendidos hombres se lanzan a una ilógica persecución en el intento de encontrar una respuesta a la incomprensible huida.
Ambas narraciones se fusionan sin perder la individualidad: el moribundo corre pensando en la muerte como su “única certeza”, mientras que los otros se entretienen en las conjeturas que van definiendo los sentimientos e incertidumbre que empiezan a flotar en el relato. Entre ellos y el perseguido comienza un diálogo de actitudes, un estudio de rostros y de conclusiones absurdas. Los montañistas empiezan a sentirse burlados y la carrera poco a poco va tomando una dimensión inexplicable pero volcánica: ellos creen ser “gente decente” que merece una explicación.
Pronto se une a ellos un guardabosque cuyos motivos rastreadores quedan ocultos; cualquier pretexto es bueno para salir de la rutina y para extraer de sí mismo la ferocidad contenida. Mientras tanto, el corredor va pensando en que le hubiera gustado llenar sus últimos días con “algo que valiera la pena vivir, pero que desgraciadamente perdía su tiempo en ese juego descabellado.
Con el paso de las horas, otros individuos aparecen de la nada uniéndose a la carrera de seres enfurecidos e indignados sin saber definir exactamente por qué. Las horas corren dominadas por una insólita brutalidad.
El perseguido corre con sus propios pensamientos a cuestas:
"¿Alcanzaría a conocer todas esas ciudades, montañas y mares lejanos que siempre había anhelado ver, aplazando el viaje para otro momento y mejor ocasión?, ¿lograría besar en las noches cada vez más cortas que le quedaban, a todas aquellas mujeres que, encerrado en su laboratorio, no logró ni siquiera desear?"
Los otros, erigidos en cazadores sin motivo, logran mientras tanto la cohesión del grupo que no distingue a sus integrantes: una masa implacable olisqueando el rastro del animal sangrante para devorarlo sin hambre real pero con la sed que la bestialidad no consigue apagar.
"Ansiábamos alcanzarlo lo antes posible […] no podíamos aguantarnos las promesas lanzadas con breves voces intermitentes y gritos que él, por desgracia, no podía escuchar: que lo pisotearíamos como a una serpiente hasta que cada pedacito de tela se le cayera del cuerpo y la piel se le volviera azulina como índigo; que le arrancaríamos las uñas y sacaríamos los dientes; que le llenaríamos la boca de tierra…"
Esta novela contiene una profundidad psicológica que puede abordarse desde distintos ángulos, que nace del individuo enfrentado a la finitud y a la vez a la más implacable muestra de la parte irracional que puede enraizar con facilidad en una muchedumbre, como se ha demostrado tantas veces.
El hombre puede llegar a no reconocerse a sí mismo bajo ciertas circunstancias, la crueldad y el salvajismo permanecen en potencia aunque se pertenezca a las sociedades más educadas, tal como lo demostró Joseph Conrad a través de sus obras.
Muy recomendable, me encantó.
16 comments:
No conocía esta novela, aunque me ha gustado lo que has comentado acerca de ella.
Un saludo ^^
¡Qué buena pinta! Además el autor tiene nombre raro, con lo que a mí me gustan... XD
Lo tendré en cuenta para el futuro, creo que guarda un simbolismo muy interesante.
Un besazo, guapa, y me alegro de leerte.
Muchas gracias, Mav, ¡un saludo!!
¡Esta obra te gustaría sin duda, Lola!! Muchas gracias, espero poder al fin retomar del todo la actividad literaria.
¡Un abrazo!!
Cómo se te echaba de menos, Adrómeda!!
Resulta muy interesante lo que cuentas...una novela un poco extraña, o contando cosas de forma poco habitual...es cierto...la muerte es la única certeza...y huir de ella a veces se convierte en todo un reto en nuestras vidas. Tiene buena pinta. Tomo nota de él.
Una maravilla leerte!!
Un abrazo!!
Querida María, estoy haciendo todo lo posible por volver a integrarme a Blogger como antes, ¡mil gracias por tus palabras y tantos ánimos!!
¡Un abrazo!!
¡La verdad es que el libro tiene muy buena pinta! Me apetece un montón algo así.
¡Un gran saludo!
Brenda A. de PF.
Primero que nada, me da mucho gusto que estés de regreso. Por lo que hace a la novela, tu reseña es muy buena. Espero leerla algún día no muy lejano.
Hola, Luigi, muchas gracias, estoy tratando de reengancharme con el blog. Esta es una obra cortita que vale mucho la pena.
Gracias por la visita, ¡un saludo!!
Hola Andromeda: desconocía al autor y al libro pero por lo que lei en la reseña es de las historias que me atrapan, las que indagan sobre la condición humana. Anoto y memorizo. saludos
Hola. Primera vez que leo este blog. Hace un tiempo leí la novela. Me parece que la historia es una alegoría. Me parece que señala las consecuencias ocasionadas por el miedo a lo inesperado, a lo diferente, como bien señalas de pasada, una reacción completamente irracional por parte de los perseguidores. En fin, muy buena literatura. te felicito por este espacio.
Hola, Mario, además es una obra que no se puede soltar, seguro que te gustaría. :D
¡Un saludo!!
Mil gracias por pasar y comentar, Anónimo. Coincido, es ese miedo a lo inesperado lo que desencadena reacciones insólitas pero también muy reveladoras de la condición humana.
¡Un saludo!
me encantó esta reseña... el eterno enfrentamiento entre la norma y aquello que se aleja de ella. me gusta la carga simbólica en los libros
pro no es un libro sencillo ... no señor
unos creen qe tener un libro de 8 paginas es simplón...
no hay que dejarse llevar.
entre a tu blog por culpa de tuiter
mira de lo que me habia estado perdiendo!
:)
Muchas gracias, Jo, me alegra que te haya gustado la reseña; es un buen libro, muy incisivo en la crítica a la condición humana.
Un saludo. :)
Pues sí que es una rareza esta novela. Suena bastante bien.
Saludos
Gracias por pasar y comentar, Adam. ¡Un saludo!
Un libro totalmente inquietante, maravilloso.
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