Cómo me hice monja – César Aira



Era, 2005.
Escritor argentino, 1949.
Novela corta, publicada en 1993, que fue seleccionada por el periódico español El país como uno de los diez mejores libros de ficción en 1998. 

En esta obra la protagonista hace un relato en retrospectiva trasladándonos a la época en que tenía seis años, recién llegada a Rosario, gran ciudad en relación a Coronel Pringles, pueblo en el que ni siquiera había tenido la ocasión de probar un helado. 
Y es precisamente el asunto del helado el que da inicio a esta novela por demás curiosa, ya que el padre le había descrito dicha exquisitez de tal forma que había crecido en su mente “hasta formar las dimensiones de un mito”.
A continuación se dan una serie de situaciones hilarantes y un tanto grotescas que culminan con el asesinato del heladero a manos del padre por haber vendido un producto descompuesto que de hecho casi lleva a la muerte a la niña, la cual distingue al desagradable suceso como determinante para su proceder en el futuro. 

A partir de esto, la narradora/protagonista se ocupa en desvelar los procesos interiores que guarda en su memoria prodigiosa y así van surgiendo los contrastes que fabrica en su mente, a través de los cuales va forjando todo un sistema lúdico que asume como forma de vida al buscar la diversión a cada instante. Pero el juego resulta retorcido y bastante siniestro: cualquier momento es oportuno para desconcertar a quienes la rodean y para sumergirse en el goce de lo contradictorio, siendo una de sus víctimas su propia madre:
“A mí todo lo que me gustaba se me volvía un vicio, una manía. No conocía términos medios. Mamá tuvo que resignarse, aunque le causaba toda clase de problemas e inquietudes. Lo que yo hacía eran “persecuciones”. La dejaba adelantarse, cien metros más o menos, y me escondía y la iba siguiendo escondida.”
El personaje se asume como mujer, pero quienes conviven con ella le dirigen la palabra como si se tratase de un niño, bajo el nombre del propio autor: César Aira. Desde mi punto de vista, esta confusión acerca de su sexualidad es solo una forma más de fraguar la incoherencia o lo antagónico, sin que esto me haga excluir alguna posible connotación homosexual.

El plano real y el ficticio con frecuencia están bien delimitados, aunque el objetivo es el desdoblamiento de la realidad mediante la transformación en su imaginación, dando lugar a mundos paralelos, oníricos y felices (no exentos de cierta dosis de perversidad inherente a la esencia de la chiquilla):

"El sueño real era la forma de la realidad como felicidad, como paraíso. En el mismo movimiento la realidad se hacía delirio o sueño, pero el sueño también se hacía sueño, y eso era el ángel o la realidad." 

El soñar -probablemente despierta- abre la puerta a un mundo estimulante al que se entrega por completo: 
"Yo me arrojaba como un vampiro sobre la ilusión: vivía de la sangre del paraíso fantasmal."

El título de la obra resulta un tanto confuso, así que no puedo más que aventurarme con alguna conclusión en base a la afirmación de la protagonista sobre "la esencia de lo sagrado" y de la "vocación" que apareció en ella a partir de lo ocurrido en la heladería (para mayor precisión en relación a las arcadas producidas por el desagradable helado de frutilla):
“En ese punto la ficción se confundía con la realidad, mi simulacro se hacía real, teñía todas mis mentiras de verdad. Es que las arcadas tenían para mí un carácter sagrado, eran algo con lo que no se jugaba. El recuerdo de papá en la heladería las hacía más reales que la realidad, las volvía el elemento que lo hacía real todo, contra el que nada se resistía. Ahí ha estado desde entonces, para mí, la esencia de lo sagrado; mi vocación surgió de esa fuente.” 

Por lo tanto, su vocación “sagrada" (que de acuerdo a mi percepción alude al título monjil) podría tratarse simplemente de una metáfora de lo opuesto: sus actuaciones apuntan precisamente a una inclinación contraria a lo que podría esperarse del proceder de una monja en el sentido ideal al que esta palabra nos remite, además de la inmensidad creativa que surge de todo esto y que apunta al propio escritor. 

El final –que no voy a revelar- se cierra en torno a un acontecimiento impactante,  pero todo parece indicar que se trata de una nueva fabricación mental (para quienes ya leyeron esta obra me remito al momento en el que habla de cuando tenía catorce años).  Un disfrute más al concluir el relato confundiendo al lector.                                                          
Me pareció muy innovadora esta composición tan osada entre realidad y fantasía que se narra desde un tiempo y un lenguaje lejanos a los seis años de la protagonista, donde la memoria puede distorsionar los hechos haciéndolos aún más grotescos, ilusorios o ridículos, no obstante teñidos de autenticidad de acuerdo a la intención dual que se observa en el personaje.  

A pesar de ser un escritor muy prolífico es la primera obra que le leo; me gustó tanto que sin duda iré por más.


20 comments:

e. r. said...

Hola, Andrómeda!

ESte libro no lo leí, por eso la pregunta: ¿puede tener algo que ver con el misticismo de Sor Juana?
Saludos!

RebecaTz said...

Hola, E.R., creo que no tiene nada que ver pero si quieres saber cómo es que Sor Juana se hizo moja te recomiendo la Respuesta a Sor Filotea de la Cruz (algo farragosa por la época en que fue escrita pero muy esclarecedora). =)
¡Un saludo!

julio e. said...

creo que comenzare mi aventura Aira con este relato,me has prendido.
un abrazo

Lola said...

Pues sí que es curioso el libro... además de un experimento que no parece de los que dejan indiferente al lector.
Gracias por tu reseña, guapísima.

mario skan said...

Hola Andrómeda: uno de los mejores libros de Aira junto con Fragmentos de un diario en los Alpes, Ema la cautiva, El volante, El tilo y algunos otros más. Sabemos que Aira publica como tres novelas al año y es muy difícil seguirlo por varias cuestiones y una, para mi, es que suele tener novelas que son un bodrio, colgadas. Tengo la edición de Beatriz Viterbo en la que Como me hice monja viene con otro de sus relatos cortos: La costurera y el viento.
En casa debo terminar de leer Barbaverde, quedé en la parte que aparece un salmón gigante en el cielo.
saludos

Pollo said...

Hola Andrómeda! Me leíste la mente. Justo estaba pensando en adquirir un libro de César Aira, del que no he leído aun nada. Precisamente, en la Feria del Libro que hay por acá estaban vendiendo a precios muy baratos dos libros de este autor. “Parménides” y “las aventuras de Barbaverde”. Además “Cómo me hice monja” fue editada por una editorial independiente de por aquí. Espero agenciarme uno de esos títulos.
saludos!

J. G. said...

fue el primero creo y también creo que fue el primer que leí

RebecaTz said...

Espero que te guste, Julio, gracias por pasar, ¡saludos!

Lola, a ver si un día te animas, me gustaría leer tus comentarios sobre este libro porque hay opiniones algo encontradas sobre él.
¡Besos!

Mario, tomo nota de esos libros que consideras como mejores para poder evitar los que no son tan buenos.
¡Un saludo!

Yo también estoy buscando algo más para leerle, Pollo, aunque tal parece que con este autor hay que ir con cuidado a la hora de elegir...
Abrazos.

Bienvenido al blog, J.G., también es lo primero que le leo a Aira. Saludos.

G.A. Vázquez said...

Curioso. Tu conclusión final sobre este libro es que repetirás con el autor. La mía es que ni de broma me volveré a acercar a él XDDD

Obviamente, aunque coincidimos en muchas cosas, discrepamos en otras tantas. Me temo que mi concepto de la literatura es bastante más pedestre y popular que el tuyo :)

Besos ;)

RebecaTz said...

Gabo, si algo no te gusta no habrá manera de convencerte de lo contrario, eso nos pasa a todos, sin embargo también creo en el famoso dicho que reza "nunca digas de esta agua no beberé". ;)
Beso.

Libros said...

Llevo tiempo con Aira en la recámara, creo que voy a ponerme con él de una vez.
Un saludo y gracias por el empuje
Leo

RebecaTz said...

Espero que te guste, Leo, gracias por la visita. :)

María said...

Una delicia leerte...y no me dí cuenta de que hiciste nueva entrada hasta hace un rato!!
Me ha impactado eso de relacionar las arcadas con lo sagrado, pero luego explicas que se trata de una metáfora y por lo visto muy antagónica.
Espero poder darle una oportunidad a escritores que no sólo sean de habla inglesa...poco a poco iré ampliando mi repertorio...antes lo hacía.

Un abrazo grande!!

RebecaTz said...

María, este libro me gustó mucho pero debo decir que no todos lo disfrutan de la misma manera; es una de esas obras que tienden a crear polémica, aunque supongo que no en la misma medida que otras novelas de Aira (al parecer tiene una producción muy heterogénea...).

Es buena idea la de ampliar el repertorio, yo lo intento, pero la sensación de que nos falta mucho por leer es siempre inevitable...

¡Un abrazo!!!

mientrasleo said...

HoLa, yo conocí a este autor por Fragmentos de un diario en los Alpes y me encantó, luego he ido leyendo poco a poco los libros suyos que me voy tropezando. Este no lo conocía, me lo apunto.
Gracias por el descubrimiento

RebecaTz said...

Gracias a ti por la visita, espero que te guste, yo acabo de comprar Los dos payasos, a ver qué tal. =)
Un saludo.

Javier BR said...

Leí hace poco "El error" y me gustó mucho. Además, me sorprendió, y eso es importante. Yo también tengo ganas de volver a leer a Aira y probablemente me decida por este.

RebecaTz said...

Hola, Javier, tomo nota de ese libro porque acabo de leer Los dos payasos, obra minúscula que no me gustó nada. :/
¡Un saludo!!

MariettaStolver said...

Me acabo de leer el libro y me gustó mucho, es la primera vez que leo a Aira y buscaré más de él. Sí, todo era producto de su imaginación.

RebecaTz said...

Hola, Marietta, esta obra es sin duda muy buena pero al parecer con Aira hay que ir con cuidado porque tiene una obra algo heterogénea.
Gracias por la visita, saludos.