Océano mar – Alessandro Baricco

Anagrama, 2008.
Escritor italiano, 1958.

Océano mar es una obra que juega con matices poéticos, fantásticos y simbólicos, al filo en todo momento de la realidad palpable y los más recónditos misterios de la mente humana, a través de los cuales se pretende descubrir lo verdadero.

La posada Almayer es el sitio que reúne a los diversos personajes que entrelazan sus historias en un ambiente en que la magia se manifiesta a través del ambiente marino y de las propias condiciones oníricas y desconcertantes que alberga en su interior. 

“Suspendida sobre la última cornisa del mundo, a un paso del fin de mar, la posada Almayer dejaba que la oscuridad, una noche más, enmudeciera poco a poco los colores de sus muros, y de la tierra toda y del océano entero.”  
"Tenía esa belleza de la que sólo los vencidos son capaces. Y la limpidez de las cosas débiles. Y la soledad, perfecta, de lo que se ha perdido".


La obra arranca describiéndonos a Plasson, el pintor que se abandona a las posibilidades infinitas de la creación, deseando captar en el blanco lienzo el momento culminante de su observación sosegada y paciente. Lo acompaña Ann Deveriá, la mujer adúltera cuyo marido ha confinado en ese lugar con la esperanza de obtener su curación. Destaca la mención de Plasson hacia su profesión anterior de retratista como pornografía, y es que el asomarse a las profundidades de la verdad llega a ser una idea primordial que unifica el sentido de la obra. 

Lejos de ahí, el barón de Carewall lucha por salvar a su hija Elisewin de un mal incierto, pero del cual se dan claros indicios al hablar de una aguda sensibilidad ante cierta verdad que a veces se presenta ante sus ojos, por lo que hay que protegerla mediante decoraciones sobrias, jardines circulares que no guardan sorpresas y demás paisajes tranquilizadores. Elisewin no posee un temor al uso, pero algunos seres tienen la capacidad de anularla cuando se enfrenta a ellos, a sus "caras verdaderas", a esos interiores a los que penetra sin quererlo y sin saber cómo protegerse. El médico aconseja una visita al mar, por lo que la muchacha hace su arribo a la posada acompañada del padre Pluche, un singular sacerdote que escribe oraciones que reflejan meditaciones diversas y su propia situación en el mundo.

A todos ellos se une el profesor Bartleboom, quien se encuentra en proceso de creación de una curiosa enciclopedia de los límites verificables de la naturaleza más un apéndice dedicado a los límites de las facultades humanas, mientras escribe cartas a la mujer ideal: a la amada que un día deberá llegar a su vida.

En la posada viven también varios niños un tanto sobrenaturales cuya misión al parecer es ayudar a los huéspedes a obtener lo que buscan y a encontrar la anhelada serenidad.

Cabe destacar que esta obra se divide en “libros y no en capítulos”, y que el libro segundo podría constituir un relato en sí mismo y muy bien logrado; no tan innovador en la técnica como se anuncia en la contraportada porque los recursos utilizados son muy conocidos, pero muy bien construido en base a las dos voces que lo sustentan: la de Savigny con una especie de fluir de la conciencia al modo vanguardista, y la del enigmático Thomas que nos ofrece la parte más siniestra y estremecedora del episodio. Estos dos personajes se encuentran en una balsa a la deriva porque la embarcación en que viajaban encalló frente a las costas de Senegal. Los víveres son pocos y los hombres muchos, el hambre y la sed se manifiestan enseguida y los hechos que se derivan de esta situación tampoco tardan en presentarse… 
Esta parte me dejó fascinada, incluso me recordó los ambientes sofocantes y colmados de la feroz carga humana que asoma a la superficie en los momentos más tenebrosos de la narrativa de Joseph Conrad.  
Ambos personajes sobreviven y sus existencias convergen de algún modo en la posada Almayer.

Es una obra que me llegó a seducir por momentos, la prosa poética envuelve y el ambiente fantástico llega a ser deslumbrante, pero otros aspectos me gustaron menos, empezando por lo concerniente a la interpretación innecesaria que se hace sobre la partida de Elisewin rumbo a la posada Almayer (Los escritores deberían dejar las interpretaciones de  lo que acaban de exponer en manos del lector, de otra manera se corre el peligro de caer en una repetición absoluta):
"Para que nadie pueda olvidar lo hermoso que sería si, para cada mar que nos espera, hubiera un río para nosotros. Y alguien -un padre, un amor, alguien- capaz de cogernos de la mano y de encontrar ese río -imaginarlo, inventarlo- y de depositarnos sobre su corriente..."

En cierto punto los sucesos comenzaron a desconcertarme y la resolución en algunos casos me pareció muy apresurada. Incluso en un ambiente fantástico debe estar presente la verosimilitud y la coherencia interna del relato para hacerlo creíble. Los cabos sueltos se unen pero no hay profundidad argumental y a mí me cuesta leer obras cuyas tramas deben aceptarse porque sí o para dejarse llevar por la poesía que maneja el autor. Me parece que el tratamiento del fondo es tan importante como el de la forma. 

A Baricco sólo le había leído Seda, la cual no me convenció demasiado, pero después de Océano mar creo que lo dejaré descansar un buen tiempo...

16 comments:

Gabriel said...

Este libro ha sido para mí un auténtico "bluf". Es cierto que tiene pasajes cautivadores, tanto por lo poético del lenguaje o las situaciones, como por la fuerza narrativa de otros momentos, como esos que te recordaron (y a mí también) a Conrad, pero en general creo que el resultado es bastante irregular.

Creo que a veces Baricco se queda demasiado en la forma y abandona en cierto modo el fondo. El resultado es en mi opinión fallido, ya que esa forma no resulta en ningún momento tan fascinante como para hacernos olvidar lo que menos nos gusta del fondo, al menos en mi caso.

Desde luego, creo que tanto tú como yo hemos tenido mejores lecturas este año XD

Abrazos.

RebecaTz said...

En mi caso también, Gabo, la obra se le va de las manos por completo (lo digo sin exagerar aunque hable desde mi muy particular punto de vista).

Ya tendremos mejores lecturas. ;)
Gracias por pasar y comentar, ¡un abrazo!!!

Conchi Sarmiento said...

Al leer "Almayer" se me encendieron las luces, por Conrad, y con lo que decís... Pese a lo de irregular, creo que ya va siendo hora de bajarlo de las estanterías más altas y olvidadas y leerlo de una vez. Lo compré hace años y ahí sigue, ¡qué bochorno! ^^
Y ya os contaré, y a ver si así activo un poco mi blog.
¡Un abrazo, Andrómeda!

Gonzalo Muro said...

Baricco es un autor que me gusta mucho porque tiene un estilo reconocible y bastante personal.

Tu reseña me ha recordado este libro. Un abrazo.

RebecaTz said...

Hola, Hyp, estaré encantada de leer tu opinión porque mira que hay pareceres encontrados con respecto a este libro (y al autor...).
¡Besos!!

Es cierto que su estilo es muy personal, Gww, en el caso de esta obra quedé fascinada con el relato tan redondo que se expone en el libro segundo, aunque en general no me haya convencido. A ver si más adelante le leo algo más. :D
¡Abrazos!!

Richard said...

¡Hola Andrómeda! En el pasado, siempre leí reseñas entusiastas de Baricco...pero ahora, las últimas dos (las de tú y, creo, de Mario) han sido menos entusiastas. ¡Advertencia notada! Bueno, qué bien ver tu regreso al blog después de la ausencia del fin del año. Que tengas un año de lecturas totalmente divertido en 2011. ¡Saludos!

María said...

Qué bien...con libros, frases...con tus palabras...Aún no he leído nada de Baricco...pero Seda me atrajo en las librerías...no sé qué pasará. Quizá un día me encuentre con este libro y no pueda evitar llevarmelo. Después de lo que cuentas, entran muchas ganas.
Un beso grande!!!

mario skan said...

Hola Andrómeda: la lectura de Seda me resultó demasiado artificial, como un cuento tradicional, tal vez eso fue lo que buscó el autor. En todo caso ese tipo de literatura no me gusta demasiado. Me gustó la reseña, y estoy de acuerdo con vos cuando decís que seduce de a ratos, después puede aburrir.

saludos

Anonymous said...

Hola, cómo estás tanto tiempo? Subí algunos dibujos más y estuve pensando en volver a tener un blog literario, veremos. Besos!
Bárbara

Anonymous said...

debo decir que a mi seda no me atrapó nunca, terminé de leerla por cabezona y porque no quise dejarlo sin terminar (esperaba que mejorara, supongo).
A lo mejor le doy una oportunidad más...tu reseña invita a ello.
Un beso,
Ale.

RebecaTz said...

Hola, Richard, me parece que Baricco es uno de esos autores que o lo amas o lo odias (por decirlo así), de cualquier manera quizá le lea algo más en el futuro.
Gracias por pasar, ¡Un saludo!!

María, inténtalo con Seda, seguro no te va a desagradar aunque quizá tampoco te entusiasme demasiado...
La película no está mal.
¡Abrazos!!

Eso es, Mario, tal vez lo que sucede es que este tipo de libros no nos gustan, aunque haya a quien le apasionen...
¡Un saludo!!

Anímate con el blog literario, Bárbara, ¡te echamos de menos!!! Abrazos.


Ale, por lo visto Seda no ha sido del agrado de muchos, y habiendo tantos peces en el mar, mejor voy a optar por otros autores. :)
Besos.

Javier BR said...

A mí me gusta Baricco, aunque personalmente prefiero las novelas, como "City" o "Esta historia". Eso sí, tengo que reconocer que a veces se preocupa demasiado por cómo escribe y se pone un pelo snob.

RebecaTz said...

A ver si le doy (o me doy) una oportunidad más con alguna de las obras que mencionas, Javier, que sólo dos libros leídos en realidad no me dicen demasiado del autor.
¡Saludos!

Verónica Durán González (dientedecoral) said...

Uf, a mí me ha parecido precioso. El mar como hechizo. Las reflexiones acerca de sus límites. Sobre la crueldad de la verdad.

Tal vez me haya encantado por ser hija de marinero.

Por otra parte, creo que aunque se diluya el fondo, es un buen libro a tener como referencia. Es decir para los que empezamos a escribir. Los brillos de su estilo y prosa poética son muy atractivos. Su sencillez en el decir.

Un abrazo.

RebecaTz said...

Hola, Verónica, sin duda este libro tiene momentos muy brillantes aunque en conjunto no me dejó muy satisfecha, pero sí es como para tomarse en cuenta como bien dices. Algo similar me pasó con El mar, de Banville. Una prosa fabulosa, pero igual me quedé con la sensación de que en cuanto a personajes no es un libro muy bien logrado. Habrá que seguir leyendo a estos autores.

Muchas gracias por la visita, ¡un abrazo!

Lectora Empedernida said...

Hola Rebeca, pues agradezco la visión que nos aportas de este título porque yo iba con las expectativas digamos que bien elevaditas, jeje, así que siempre es de agradecer ajustarlas un poco. No sé lo que me parecerá cuando lo lea, ya has visto mi reseña de Novecento donde el autor me ha cautivado por completo, y con Seda también lo disfruté, quizás esta de Océano mar también sea de mi gusto o puede que no. Soy un poco rara en cuanto a eso que comentas de "dejarme llevar" a la hora de leer sin necesidad de que las cosas tengan coherencia interna o cierta verosimilitud, como que me es más fácil ser arrastrada por algunas obras más que por otras, más bien por el estilo del autor. Si me convence y me transmite aunque haya cabos que no sepa anudar allá que voy... No sé si me he explicado, pero en definitiva, que a veces necesito en una obra lo que mencionas y otras me dejo llevar con mucha más facilidad sin exigirle en esos aspectos. En fin, ya veré qué tal. Un saludito! Me encanta tu blog.