Seix Barral, 1987.
Escritor argentino, 1911.
En esta novela el curso de los acontecimientos se va revelando a través de numerosos indicios y actitudes que conforman las cualidades propias del pintor Juan Pablo Castel, el cual funge como personaje principal.
Desde un principio se manifiesta un curioso concepto de la moralidad al estilo de los grupos más radicales que han pretendido hacer una "limpieza racial" o, como se expresa en este caso, de seres nocivos para la sociedad. Hay consideraciones interesantes acerca del hombre que se concretan en la idea de una humanidad imperfecta, colmada de antivalores como la vanidad. Pero no es esto lo que mueve al pintor a escribir sobre el asesinato que cometió en contra de la mujer amada –hecho que se adelanta desde las primeras líneas-, sino la necesidad de ser comprendido.
Desde un principio se manifiesta un curioso concepto de la moralidad al estilo de los grupos más radicales que han pretendido hacer una "limpieza racial" o, como se expresa en este caso, de seres nocivos para la sociedad. Hay consideraciones interesantes acerca del hombre que se concretan en la idea de una humanidad imperfecta, colmada de antivalores como la vanidad. Pero no es esto lo que mueve al pintor a escribir sobre el asesinato que cometió en contra de la mujer amada –hecho que se adelanta desde las primeras líneas-, sino la necesidad de ser comprendido.
Esta idea queda estrechamente enraizada a la experiencia que tuvo cuando dicha mujer, María, fue el único ser capaz de prestar atención al elemento -para él- primordial en uno de sus cuadros, al observarlo en una exposición:
“Pero arriba, a la izquierda, a través de una ventanita, se veía una escena pequeña y remota: una playa solitaria y una mujer que miraba el mar. Era una mujer que miraba como esperando algo, quizá algún llamado apagado y distante. La escena sugería, en mi opinión, una soledad ansiosa y absoluta.”
El protagonista, tras este hecho que lo deja en un estado vacilante que le impide abordar a la mujer de inmediato, inicia una incansable búsqueda hasta encontrarla. Sin embargo, la descripción de sus rasgos obsesivos no hace esperar al lector, ya que estos se exteriorizan a través de un cúmulo de situaciones y sensaciones que le son adversas mientras intenta penetrar en la esencia de María (como la repetición de gestos en una misma familia o la pertenencia a un grupo social determinado), evidenciando una postura independiente de cualquier otra, así como una personalidad muy singular.
La figura de María se traduce, desde las primeras páginas, en el anhelo de encontrar un alma gemela; una percepción similar a la suya dentro de un mundo que le parece en buena medida incomprensible.
Uno de los aspectos que me llamaron la atención en esta obra es el del cuestionamiento a la crítica por parte del artista, ya que lo que el pintor desea transmitir no siempre es percibido por el especialista. En este caso, un detalle en el cuadro o una representación de la soledad muy sugerente sólo ante su mirada, se convierte en motivo de preocupación al revelarse como una manifestación del inconsciente:
"Ahora me daba cuenta hasta qué punto había pintado la escena de la ventana como un sonámbulo".
"Ahora me daba cuenta hasta qué punto había pintado la escena de la ventana como un sonámbulo".
El pintor ha otorgado a María la terrible carga fungir como su otro Yo a través de una atmósfera densa y asfixiante, la cual me parece que, al menos en parte, puede atribuirse al hecho de leer en todo momento bajo un mismo punto de vista, mediante suposiciones y respuestas del pintor que pretenden pasar por razonadas y congruentes, pero que que se van enroscando y ensanchando en su mente enardecida. La esencia de María permanecerá como un enigma, ya que no se le da la oportunidad de explicarse equitativamente al tratarse de un discurso fragmentario.
Lo que sí puede observarse es la cadena de situaciones que se repiten: el supuesto amor y la desconfianza desmedida, o el aparente entendimiento momentáneo entre ambos y su respectiva sospecha de falsedad. Castel es un ser puntilloso, incisivo, pendiente del detalle más nimio que ha querido abatir la soledad mediante el encuentro con un ser similar a él, que transita por un túnel "paralelo al suyo", y que por tanto no pertenece a la inmensidad imperfecta del mundo. A pesar de esto, de acuerdo a su razonamiento el acercamiento concreto y feliz sólo ocurre en contadas ocasiones y muy pronto el artista no tolerará reconocer en María la bajeza humana. Ante esto es curioso comprobar cómo él mismo hace una alusión constante a su propia imperfección y a la posibilidad de equívoco; incluso acaba por reconocer que la aversión hacia ella, por momentos, más bien se dirige a sí mismo:
"Poco a poco fui incorporándome, la tristeza fue cambiándose en ansiedad, el odio contra María en odio contra mí mismo..."
"Porque en el fondo sabía que mis crueles insultos no tenían fundamento."
Esta es toda una revelación aunque en su mente pase de largo o se acomode en el apartado más recóndito cuando aflora su parte irracional. Castel desearía una simbiosis absoluta: la pérdida de la individualidad de María y de cualquier conexión de ésta con el pasado; una entrega irreal e imposible porque su mente, máquina incansable de hipótesis, siempre encontrará la posibilidad de recrearse en los mismos procesos comparativos y deductivos:
"Impostora, simuladora de placer: puta."
El pintor se apresuró en su valoración acerca de ella al partir únicamente de la empatía suscitada en base a la apreciación del cuadro. Es en el proceso de enamoramiento y de conocimiento cuando van surgiendo tantas ambigüedades en María, quien se presenta como una mujer colmada de recovecos y al mismo tiempo frágil e incluso tímida.
Castel también va advirtiendo otros detalles que la alejan del ideal con el que había fantaseado y la acercan al ser defectuoso que también es él, aunque en su obsesión no logre discernir que detesta su propia humanidad reflejada en la de la muchacha.
Pero el vínculo entre ambos personajes ha dado sus frutos: Castel sabe que ella conoce profundamente sus inquietudes y excentricidades, por lo que debe terminar con la ansiedad y así lo expresa: -"Tengo que matarte, María. Me has dejado solo". El insensato no es capaz de razonar, aunque sí logra realizar la pregunta más obvia:
"Pero, ¿realmente los pasadizos se habían unido y nuestras almas se habían comunicado?”
Excelente.
13 comments:
Qué curioso es cuando una persona detesta en otra aquello que ve reflejado de sí misma...
Hace milenios que leí este libro, es impactante. Y me ha encantado recordarlo con tu reseña, que además es impecable.
Besos.
¡Qué gusto volver a leer tus reseñas, Andromeda! :)
Este es un libro obsesivo, pero de esos que dejan huella. Me han gustado tus interpretaciones.
Besos,
Gabriel
¡Hola Andrómeda!
Qué placer poder leerte nuevamente.
Leí El túnel hace un buen tiempo y aún recuerdo el impacto que me causó esta novela, así como su inicio de antología: BASTARÁ decir que soy Juan Pablo Castel, el pintor que mató a María Iribarne....
¡Feliz 2011!
Un abrazo,
R.
Hola Andrómeda, que bueno leerte nuevamente. De Sábato lo 1º que leí fue este libro, cuando iba a la secundaria, creo que debería releerla porque ya casi la olvidé. Hace poco leí un episodio entre Bioy Casares y Sábato, escrito por Bioy, donde el 2º se quejaba de que la gente lo reconociera tanto por la calle y de la vez que Sábato le llevó el ejemplar de El túnel, es un episodio curioso.
Tu reseña es impecable, como siempre.
saludos
me gusta la paradoja no contradictoria de simuladora de placer y puta.
Querida: Feliz año!
Qué acertada tu reseña, Andromeda. Y qué honor fue para mí compartir contigo la relectura de este libro. Un abrazo.
Así es, Lola, este sin duda es un libro muy fuerte; es impresionante todo lo que una mente puede llegar a albergar.
Gracias, ¡besos!
Grande es la huella que me ha dejado este libro, Gabo, creo que es uno de los mejores que he leído.
¡Abrazos!
Gracias, R., me gustó esa forma de ir desgranando lo que se adelanta desde las primeras líneas; la profundidad psicológica de la novela es impresionante.
Feliz Año para ti también ¡Un abrazo!
Buena anécdota, Mario, gracias. Yo también leí este libro hace muchos años y curiosamente no lo recordaba para nada; ahora me parece que será inolvidable.
¡Un saludo!!
Hola, J.C., bienvenido al blog. :D
Mi muy querida Carolina, ¡Feliz Año para ti también!!
Mil gracias por tus palabras, Sue, me encantó compartir esta lectura contigo y espero que sean muchas más.
¡Besos!
Este libro lo leí en el instituto y recuerdo la sensación que me dejó...que el amor podía ser confundido con la obsesión entremezclada con la falta de confianza en la persona que amas. Me dió miedo. Pero...pasado un tiempo volví a leerlo...me di cuenta que la sensación de tunel vivía en mí.
Es uno de los libros que más me ha gustado cómo están escritos, a pesar de que la historia me causará sensaciones desconocidas...
Andrómeda...¡¡qué bien volver a leerte!! También esta bien eso de desaparecer...pero se te echaba mucho de menos.
Te deseo un muy Feliz 2011, que la vida te regale aquello que más desees y necesites.
Qué seas muy feliz!!
Un abrazo grande!!
María, hubiera jurado que había respondido a tu mensaje pero de repente encuentro el espacio vacío...
Por lo que dices me parece que te gustó el libro, en verdad que es impactante leer acerca de esas obsesiones y de los más oscuros procesos que a veces se gestan en el ser humano.
Te deseo lo mejor del mundo yo también, ¡te mando un gran abrazo!!!
Hola, un gusto... hermoso blog en Forma y Contenido. Gran novela, de esas que se leen y no se olvidan tanto como Sobre héroes y tumbas. La reseña que realizas es acertada y ha refrescado en mi memoria la huella de esa historia.
Mis saludos fraternos desde el confín austral!
Hola, Eva, es cierto que esta es una de esas novelas que dejan una huella indeleble, no he leído Sobre héroes y tumbas pero voy a ponerla entre mis pendientes inmediatos.
Muchas gracias por tus palabras.
¡Un saludo!
Hola:
Aunque a lo mejor no es el momento de hacerlo, me gustaría recmomendar el blog de Mr. Williams en blog, que cada vez tiene más dificultades para seguir. En estos momentos, además nos esta regalando capítulo a capítulo su primera novela "Las coreografias del fin" de Braulio López Cabana, el cual se puede comprar por internet en http://www.bubok.es/libros/203160/Las-coreografias-del-fin
Yo he ido leyendo poco a poco, esta francamente bien, ahora he decidido esperar hasta que lo compre y empezarlo para leerlo entero.
En serio os lo recomiendo.
En fin os pido un voto de confianza para mi comentario y sobre todo para el libro.
Un saludo amigos de SINSERCHAN
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