84, Charing Cross Road – Helene Hanff

Editorial Anagrama, 2002.
Escritora norteamericana (1918-1997). 

            
En esta obra, Helene Hanff recopila la correspondencia que sostuvo con el librero londinense Frank Doel, tras haber leído en una publicación neoyorquina (Saturday Review of literature), que la librería Marks & Co., se especializaba en libros agotados.
Hanff se define a sí misma con las siguientes palabras (en la carta que inicia esta historia):
“Digamos que soy una escritora pobre amante de los libros antiguos y que los que deseo son imposibles de encontrar aquí salvo en ediciones raras y carísimas, o bien en ejemplares de segunda mano […] que, además de mugrientos, suelen estar llenos de anotaciones escolares.”
A partir de esta misiva, se iniciará una relación epistolar cargada de humor, afecto, sensibilidad y, sobre todo, de un gran apego a los libros. El carácter fuerte e ingenioso de la escritora se demuestra desde las primeras páginas, contrastando con la seriedad y el formalismo del librero inglés. La relación que se establece a lo largo de veinte años nos muestra distintos aspectos de la sus vidas, así como el grado de confianza que va surgiendo entre ambos.
“Querido Relámpago: Me aturde usted enviándome a semejante velocidad vertiginosa el Leigh Hunt y la Vulgata. Probablemente no se da usted cuenta de que apenas hace poco más de dos años que se los pedí. Si sigue manteniendo este ritmo, va a sufrir un ataque cardiaco…”
Las peticiones literarias de Helene son incesantes, y entre las descripciones de las obras y otros aspectos, el lector se va enterando de situaciones más personales, que le confieren a esta obra una emotividad desbordante. 

En 1949, Inglaterra tenía serios conflictos con la distribución de alimentos. Al conocer este hecho, Helene decide enviar algunas provisiones a los empleados de Marks & Co., recibiendo de inmediato muestras de cariño y agradecimiento por parte de varios de los beneficiarios, quienes en un principio le escriben de manera clandestina, ya que todo indicaba que Mr. Doel se había asignado la exclusividad de la comunicación con la joven.
Por otra parte, sus sueños de viajar para conocer “su librería”, se ven truncados una y otra vez por diversos motivos, aunque la esperanza permanece. Mientras tanto, recibe noticias por parte de amistades que viajan al lugar, y que visitan el añorado inmueble.
Me encantó la mezcla de ilusión y reticencia con que demuestra sus expectativas ante el esperado encuentro:
“…, si la cosa se mantiene hasta junio, podré ir yo a Inglaterra y explorar yo misma mi librería. Si me veo con valor para hacerlo, claro. Vengo escribiéndoles cartas de lo más descaradas desde la seguridad que me dan los 5.000 kilómetros que hay por medio.”
Ya había leído este libro, pero con esta relectura pude apreciar algunos matices que no recuerdo haber tomado demasiado en cuenta la ocasión anterior, y que se refieren al inmenso valor del libro en su aspecto tangible: 
“Casi temo tocar esas páginas de tacto tan suave que semejan un pergamino y de un fuerte color crema. […] jamás supuse que un libro así pudiera proporcionar un placer tan gozoso al sentido del tacto.”
Desde el punto de vista de Helene, el atractivo de encontrar huellas ajenas en los libros a través del tiempo es definitivo. A propósito de una dedicatoria escrita en una tarjeta, comenta:
“Pero ustedes son libreros, claro…, y se les nota: han temido que una dedicatoria manuscrita en el libro le hiciera perder valor…, cuando para su actual propietaria lo habría incrementado muchísimo.”
Me parece que el mérito de esta obra radica en la sensibilidad que emiten sus páginas; es sencillamente entrañable.

14 comments:

mario skan said...

Uno de mis géneros preferidos es el diario y creo que el epistolar no se le queda atrás en mi escala de valores. En casa tengo la correspondencia entre Hannah Arendt y Mary McCarthy.
Como todos los amantes del libro-objeto este debe ser un libro muy placentero.
saludos

María said...

Qué te puedo de decir de este libro!! Es que me encanta todo en él. Le tengo como libro de cabecera. Y lo he releido varias veces, además de acudir a lo que queda de esa librería en la calle 84 Charing Cross Road...es una placa de dedicatoria a Helenne Hanff.
Me encanta la carta que escribe el 12 de Diciembre de 1952 y que comienza: "A sus amigos del 84 de Charing Cross Road: La Antologia del aficionado a los libros, salió del emebalaje con su encuadernación de piel..."
¿Has visto la película?? En castellano se llama: "La carta final" Y la protagonizan Anne Bancroft y Anthony Hopkins.

Besos y muy buen día. Preciosa entrada, tanto por el contenido por cómo tú lo expresas.

RebecaTz said...

A mí también me gustan esos géneros, Mariano; a veces olvido lo que se pueden llegar a disfrutar las obras de este tipo. :)

María, cuando estuve en Londres hace dos años, pensé en la librería -acababa de leer el libro- pero no me dio tiempo de visitar lo que queda de ella (los museos me absorbieron casi por completo).
No he visto la película, pero estoy haciendo mis mejores esfuerzos por conseguirla.
La carta que mencionas es preciosa, continúo...
"Parece tan nuevo y tan flamante como si nadie lo hubiera hojeado nunca, pero alguien lo ha leído: se abre espontáneamente por sus pasajes más bellos, y el fantasma de su anterior propietario me señala párrafos que jamás he leído antes."


¡Abrazos!

Fuensanta Niñirola said...

Hola, Andrómeda: a mi esta novela y la consiguiente película me emocionaron sobremanera. Me parece que lo reflejas muy bien en tu reseña, concuerdo contigo. Es una historia deliciosa.
Como ves, me he abierto un blog (¡ya era hora...!) asi que espero verte por alli, aunque al principio meteré la pata en algunas cosas, pero trataré de sacarlo adelante lo mejor posible. Un abrazo,

Fuensanta Niñirola said...

Tanto el libro como la peli me parecen emocionantes y deliciosos. La peli ya la he disfrutado varias veces. Los actores son inmensos, pero es que la novela, los hechos, en sí, tambien lo son. Una delicia.
Como vs, he decidido abrirme un blog propio, asi que, en vez de citarme en la página de la2revelación, puedes citarme en m propio espacio, La hora azul. Espero verte por alli. Pero aun no tengo casi nada, ¿eh? Iré poniendo poco a poco...
Saludos!

RebecaTz said...

¡Qué alegría que te hayas decidido por un blog!, ahora mismo te enlazo. :)

Tengo la película casi en mis manos...

¡Un saludo!

Cristian M. Piazza said...

Hola Andrómeda,

Me conecto muy poco estos días. Me parece un tópico fascinante. Ya lo anoto.

Besos

Fuensanta Niñirola said...

Gracias por añadirme a tus favoritos y espero estar a la altura. Saludos!

RebecaTz said...

Te la recomiendo sin reservas, Cristian.

Gracias a ti, Ariodante, tu blog está de lo más interesante y además al fin voy a poder ver tus pinturas. :)

¡Abrazos, chicos!

Lola said...

A mí este libro me gustó, pero no tanto como esperaba. Supongo que como oí hablar tan bien de él le puse unas expectativas que no alcanzó. Aún así reconozco que es ameno, emotivo y agradable. Una buena lectura, en todo caso. ;)

RebecaTz said...

Te entiendo perfectamente, a mí me gustó más cuando lo releí (ya con la idea de que el contenido es básicamente emocional).
¡¡Ya tengo la película!!

¡Abrazos!

Anonymous said...

Hola, descubro tu blog y veo este libro, es precioso, qué decir después de tanto comentario? la película no la he visto, pero me pongo a ello.
tengo un blog sobre libros, si te apetece míralo.
www.loslibrosdeteresa.wordpress.com
saludos
Teresa

rossy said...

Qué libro más bonito, lo disfruté mucho. Es uno de los que siempre recomiendo a todos los que les gusta leer y los libros.

bsos!

RebecaTz said...

Sí, es precioso, Rosalía, no se me había ocurrido pero voy a tenerlo en cuenta para cuando me pidan una recomendación: sin duda es un libro que no defrauda.
Gracias por la visita. :D
¡Un abrazo!