Desde las primeras líneas de esta novela se tiene claro que las cinco hermanas Lisbon se suicidaron. A continuación, la historia se narra mediante la reconstrucción que sus vecinos -chicos curiosos que siempre se sintieron fascinados con su presencia- intentan hacer, muchos años después, para profundizar en las causas de sus muertes.
A partir del “nosotros”, estos hombres narran en retazos una historia triste; nos hablan de sus propias experiencias al lado de las hermanas, de toda la evidencia que acumularon ansiosos, y de las opiniones que se suscitaron tras los hechos. Aunque estos datos parecen no ser muy concretos, la realidad se empieza a hacer presente muy pronto.
El propio señor Lisbon aclara en una entrevista posterior (que forma parte de la información recopilada), que “había albergado dudas con respecto a la severidad de su esposa”. Pero hay que decir que en él jamás se nota alguna intención de cambiar las cosas…
La historia se plantea desde el exterior, aunque el trasfondo siempre está presente; no es difícil adivinar lo que sucedía en un hogar inhumano y decadente, gobernado por una mente en la que tampoco es necesario esforzarse en penetrar.
El propio señor Lisbon aclara en una entrevista posterior (que forma parte de la información recopilada), que “había albergado dudas con respecto a la severidad de su esposa”. Pero hay que decir que en él jamás se nota alguna intención de cambiar las cosas…
La historia se plantea desde el exterior, aunque el trasfondo siempre está presente; no es difícil adivinar lo que sucedía en un hogar inhumano y decadente, gobernado por una mente en la que tampoco es necesario esforzarse en penetrar.
Una de las partes más reveladoras –y detonantes- de la obra se refiere a la única ocasión en que las hermanas acudieron a un baile (con los vestidos menos favorecedores que pudo hacer su madre), tras el cual una de ellas afirma: “No lo había pasado tan bien en toda mi vida”. Aunque la primera suicida, Cecilia, había escrito en su diario que ella y sus hermanas constituían una especia de “entidad única”, Therese lo desmiente diciendo:
“Cecilia era rara, nosotras no. [...] Lo que queremos es vivir… si nos dejan.”
Las chicas vuelven a la hora convenida, salvo una de ellas, y quizá fue por eso que ya no se les permitió regresar a la escuela. La señora Lisbon afirmó después que “nunca había tenido la intención de comportarse con sus hijas en forma punitiva”, y que “dada la situación, la escuela no hacía sino empeorar las cosas. Las compañeras no les dirigían la palabra, los únicos que les hablaban eran los chicos, y éstos ya se sabe lo que buscan. Pensé que, si se quedaban en casa, se repondrían mejor”.A partir del encierro, el notable declive de la casa (que llega a convertirse en un “gran ataúd" y que empieza a despedir un hedor insoportable) se refleja en las adolescentes, que poco a poco van marchitándose.
“Porque aunque la casa comenzaba a caerse a pedazos y vomitaba las vaharadas que desprendía la madera podrida y las alfombras húmedas, aquel otro olor ya comenzaba a salir de la vivienda de los Lisbon para poblar nuestros sueños e incitarnos a lavarnos las manos una vez tras otra.”Creo que no se requieren mayores explicaciones periodísticas, psicológicas o científicas (que en la novela no dicen mucho, pero que sirven para satisfacer una curiosidad popular que se conforma con poco). La verdad salta a la vista aunque se encuentre entre líneas; en breves diálogos, situaciones o frases aisladas que el lector debe ir recuperando cuidadosamente, porque jamás se dará una respuesta completamente explícita al cuestionamiento sobre el origen del suicidio de las chicas.
“Cecilia era rara, nosotras no. [...] Lo que queremos es vivir… si nos dejan.”
Las chicas vuelven a la hora convenida, salvo una de ellas, y quizá fue por eso que ya no se les permitió regresar a la escuela. La señora Lisbon afirmó después que “nunca había tenido la intención de comportarse con sus hijas en forma punitiva”, y que “dada la situación, la escuela no hacía sino empeorar las cosas. Las compañeras no les dirigían la palabra, los únicos que les hablaban eran los chicos, y éstos ya se sabe lo que buscan. Pensé que, si se quedaban en casa, se repondrían mejor”.A partir del encierro, el notable declive de la casa (que llega a convertirse en un “gran ataúd" y que empieza a despedir un hedor insoportable) se refleja en las adolescentes, que poco a poco van marchitándose.
“Porque aunque la casa comenzaba a caerse a pedazos y vomitaba las vaharadas que desprendía la madera podrida y las alfombras húmedas, aquel otro olor ya comenzaba a salir de la vivienda de los Lisbon para poblar nuestros sueños e incitarnos a lavarnos las manos una vez tras otra.”Creo que no se requieren mayores explicaciones periodísticas, psicológicas o científicas (que en la novela no dicen mucho, pero que sirven para satisfacer una curiosidad popular que se conforma con poco). La verdad salta a la vista aunque se encuentre entre líneas; en breves diálogos, situaciones o frases aisladas que el lector debe ir recuperando cuidadosamente, porque jamás se dará una respuesta completamente explícita al cuestionamiento sobre el origen del suicidio de las chicas.
Buen libro, ahora voy a tratar de conseguir la película (de Sofia Coppola).
16 comments:
Hola, Andrómeda:
Por el pasaje que pones sobre la la casa supongo que la decadencia de esta familia se ve en cada espacio de su casa y de sus vidas. Me atrae mucho esto de cómo la decrepitud moral y física de lo humano también se extiende sobre las cosas.
¿Cómo se llama la adaptación fílmica de este libro?
Saludos
El libro y la pelicula , un buen regalo a una mujer en esta navidad.
aunque el titulo sea un poco sugerente
siempre me pasa con el cuadro de comentarios en tu blog, escribo y luego se borra, y ahora...
Lo que había escrito era más o menos lo siguiente: vi una parte de la película de Coppola, siempre la agarro un poquito más de la mitad, como siempre, por lo que no puedo decir casi nada salvo que trabaja la misma actriz que hace el protagónico en Spiderman y María Antonieta.
Al libro lo tengo en e-book y no me entusiasmó tanto como para pegarme a la pantalla.
como siempre tu reseña es clara y una invitación.
saludos
Sí, Carolina, tal y como dices, es muy interesante ver ese reflejo que se da entre las personas y su entorno. La película tiene el mismo nombre que el libro. :)
Buen regalo, Leo, al menos muchos me han dicho que les ha gustado la película.
Vaya, Mariano, debe ser muy molesto eso de que se borre... :(
¿No te gustó la película? Por cierto, me recomendaron Middlesex , obra con la que Eugenides ganó el Pulitzer en 2003. A ver qué tal. :)
¡Saludos!
Hola Andrómeda,
Es una de las raras veces en que película y texto no se pelean. Ambos manejan el código que utilizan con mucha sutileza.
Para Eugenides es su ópera prima y para Sofía Coppola también, pues se trató de su primer largometraje.
Beso
La verdad, es que ví la película y me dejó una sensación extraña en el cuerpo. Si soy objetiva la película no está mal, pero lo que transmite, me dejó hecha polvo. En mi caso, hizo que me preguntara,lo que influye la educación. Unos padres, que probablemente sin saberlo, ejercen esa influencia en esas chicas. Me pregunto cómo es posible que lleguen a desear la muerte. Quizá el libro muestre mucho más del asunto en cuestión, pero...de momento me quedo con otras lecturas.
Gracias por la recomendación, Andromeda. Tu entrada me ha gustado.
Vaya, Cristian, cada vez me dan más ganas de verla. :)
¡Excelente novela, y más meritoria si se trata de una ópera prima!
María: alguien me comentó que en la película se nota mucho la devastadora influencia de los padres sobre sus hijas. En el libro el asunto está presente, pero quizá más sugerido (jamás se señala a alguien como culpable, aunque no es difícil deducirlo, claro).
En algún capítulo se menciona que las chicas hicieron "un pacto de suicidio"; creo que así fue, ya que no pudieron encontrar otra salida más que la muerte. :(
¡Un abrazo!
Hola Andrómeda, vi la película y me gustó aunque fue hace algunos años asi que no me extendería mucho a comentarla ahora.
Por lo que escribís el libro es muy bueno. La verdad es que no sabía que se tratara de un hecho real.
Sobrevivir a los padres, menuda tarea.
Saludos!
Todavía no la he visto pero a ver si este fin de semana le hago un hueco. :)
Creo que no se trata de un hecho real, aunque el índice de suicidios en E.U., debe haber sido una buena fuente de inspiración para Eugenides.
¡Un abrazo!
Conozco este libro de oídas aunque nunca me había fijado mucho en él. Por lo que leo aquí parece interesante, vamos, que creo que es una historia que me pueda gustar... La tendré en cuenta para el futuro. :)
Bellisima obra, prometo escribir sobre ella de un momento a otros. Saludos.
Me encantaría comentarla contigo, Babel. ;)
Ya iré de visita a tu blog, Humanoide. :)
¡Saludos!
Me encantó este libro y la película es una muy buena adaptación.
Si te ha gustado Eugenides, te recomiendo encarecidamente que leas Middlesex.
Besos!!
Gracias Pelirrosa, voy a leer Middlesex en breve. :)
¡Abrazos!
Y con Walser, empezaría por Jakov von Gunten. Saludos!
Gracias Bárbara, ¡abrazos!
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