El negro del Narcissus – Joseph Conrad


Novelista polaco nacionalizado inglés, (1857-1924).

Conrad sentía una inmensa pasión por el mar, por lo que tenía un gran conocimiento acerca de todo lo concerniente a las vicisitudes de la vida aventurera y azarosa de los marineros (de la cual también formó parte, en su día).

Todo inicia cuando el Narcissus está reclutando marineros para emprender el regreso del puerto de Bombay a Inglaterra.
James Wait, el negro que llega cuando nadie parecía esperarlo, envuelve a la tripulación con su penetrante personalidad, que se evidencia desde un principio:
“El negro estaba sereno, frío, dominador, soberbio.”

A pesar de esto, dice estar tan enfermo que la muerte lo sorprenderá irremediablemente, y pronto se revela como un personaje capaz de causar conmoción y de mover las fibras más profundas de los seres humanos que le rodean. Su dolencia está en entredicho, pero él usa el factor chantaje para librarse de tareas que le resultarían pesadas por su condición o que simplemente no le apetece realizar.
"¡Decir que no hay entre vosotros uno bastante vivo para extender una manta derecha sobre un enfermo."
"¡Bah! no vale la pena, ¿verdad?, ya reventaré como pueda."Poco a poco se va apoderando de un grupo de navegantes que nos narra los sucesos desde una perspectiva llena de vacilaciones, aunque eso no es un obstáculo para que todo comience a girar en torno a la figura de James (Jim/Jimmy), quien después de todo no deja de representar una carga extra para ellos.

Creo que las actitudes más dignas de analizar no son las del negro, sino las de los marineros que se involucran con su situación al grado de empezar a tener conflictos entre ellos mismos. Se encuentran prisioneros en un barco que representa todo su mundo, bajo una presencia perturbadora que con la mirada y actitudes los confunde y domina, otorgándole a la embarcación una atmósfera densa e inquietante. La muerte es el pretexto ante el cual los navegantes se doblegan; Jim está en una desventaja tan implacable que los demás se encuentran inermes ante el posible fin de su existencia. Es por esto que sólo bajo la promesa de un deceso seguro estarían satisfechos de socorrerlo; es necesaria una justificación ante el sometimiento para calmar las conciencias.
"Sabíamos al fin que nuestra compasión no se excitaba en vano, podíamos de nuevo sonreír sin doble intención."

El autor explora esa parte débil que aflora en la mayor parte de nosotros ante la desgracia ajena, y si a esto se añade la inmensa capacidad que otorga al protagonista para coaccionar al prójimo, de acuerdo a sus propias necesidades, el resultado es demoledor.

Aunque los caminos de la introspección de las novelas de Conrad deslumbran por su complejidad y ocultan más de lo que desvelan, no dejan de ser descifrables en buena medida. Las situaciones que le he leído son avasalladoras: a partir de una circunstancia desencadenante arma toda una historia capaz de penetrar en los más secretos rincones del ser humano. Por otra parte, la prosa poética que acompaña a sus narraciones siempre resulta fascinante:
"Una bruma ligera velaba el horizonte. A lo lejos, la inconmensurable llanura líquida extendíase como un pavimento de pedrería, y vacía como el cielo."

Más adelante, una terrible tempestad lleva a los valientes marineros a luchar por sus propias vidas:
"Durante los cortos intervalos, los hombres mirábanse las palmas de las manos hinchadas y desolladas y se preguntaban amargamente: ¿Quién sería marinero si pudiera cultivar su tierra? Los caracteres se agriaban, y nadie hacía caso de lo que se decía."
Se trata de un capítulo lleno de poesía; las imágenes son impactantes y la personificación del barco se muestra en varios pasajes:
"… jamás sus ojos perdían de vista al barco; espiaba cada gesto. La mirada de un amante no queda más sujeta sobre la mujer querida, vida delicada y sumisa que tiene para él todos los sentidos y la alegría del mundo."
"Nosotros también observábamos nuestro barco; su belleza no carecía de fragilidad. Pero no le queríamos menos por eso."

Jim continúa absorbiéndoles la energía incluso en los peores momentos, aunque los tripulantes siguen sospechando que miente. Y en eso estriba el asunto: si tuviesen la seguridad de su muerte las atenciones cobrarían un sentido real; la duda los mantiene oscilantes y, sin embargo, atados.
“Nunca pudimos arrancarnos la maldita suposición de que aquel se burlaba de nosotros, obstinado con su impostura cara a cara de nuestro trabajo y de nuestra paciencia y ahora, hasta de la abnegación y la muerte misma.”"La rabia y el odio ante la injuria hecha a su derecho de vivir hería nuestros corazones más que las negras sombras amenazantes en el curso del incesante clamor de la noche."

Los marineros no sólo se enfrentan a la furia del mar, también se topan de lleno con sus propias debilidades y con sus más insondables temores; al pensar que James se burla de ellos permanecen solícitos pero no sin una mezcla de odio-atracción irremediable, y sin dejar de condenarse a sí mismos:
"¿Qué clase de hombres éramos?"

Pese a la aversión, el embeleso está presente: "Por su causa nos humanizábamos hasta el refinamiento, nos volvimos sensibles, complejos, decadentes hasta el exceso..."
El negro los domina con su presencia oscura y ominosa, asistida por la muerte. Todo converge hacia él de manera un tanto inexplicable incluso para los propios navegantes, que de improviso ven sus existencias transformadas. Todo parece indicar que está enfermo y sin embargo llega a negarlo. Hay tanta ambigüedad en esa "impostura" que se hace difícil anticipar en un desenlace certero.
Son también maravillosas las descripciones del esfuerzo por salvar al barco tras la tormenta; realmente conmueve la pesadumbre de estos hombres por haber perdido gran parte de sus pertenencias, por sentirse tan vulnerables ante el poder del mar.

El personaje colectivo engloba a gran parte de los marineros, salvo algunos que permanecen al margen, que no se dejan influenciar por la penosa situación, o que simplemente son vistos desde fuera. Entre estos podemos encontrar todo un abanico de personalidades.

Al final, el "nosotros" se transforma en la primera persona que ha estado a cargo de la narración y que ha sido la voz de los afectados (de la conciencia comunal).
James Wait siempre supo manejar la situación en su favor, y no creo que él haya padecido más que el resto de los hombres, que vaya si sufrieron al tratar de sortear la tormenta, consumidos por el peligro y desfallecientes por el doble esfuerzo que suponía salvar sus vidas y tolerar el casi impenetrable desgaste psicológico que implicaba su presencia (y que llegó a afectarles aun más que la terrible tempestad).

Terminé la novela más identificada con la colectividad sometida que con el hombre que siempre tuvo el poder de dominarla. Muerto o no (prefiero no revelarlo), yo diría que el protagonista no es precisamente un mártir.
El negro del Narcissus es una obra intensa y compleja, además de extraordinaria.

14 comments:

RebecaTz said...

Gabo, seguro que te va a gustar la imagen del barco. :)

María said...

Qué interesante!! No he leido aún nada de Joseph Conrad...me ha parecido un viaje interesantísimo...quizá conrad, como bien dices, es un hombre profundo, que sabe llegar a los rincones más secretos de ser humano,...
Me encanta las frases que rescatas de los libros. Gracias por descubrirme un libro tan interesante. Un gran abrazo,

Anonymous said...

Andromeda, siempre es un placer leer tus comentarios, y por supuesto que me encanta la imagen del barco ;)
Excelente análisis de la novela, sobre la que ya hemos debatido intensamente ambos. A mí como a ti me pareció difícil identificarme con el personaje de Jim, pero sí conseguí hacerlo siempre con el narrador.
Me ha gustado ese comentario que haces acerca de que la prosa de Conrad "oculta más de lo que desvela". Sabes que coincido plenamente con ello y creo que eso es lo que hace su obra compleja: esa capacidad suya para despertar emociones usando silencios donde otros nos inundarían de palabras. Y es que creo firmemente que en la literatura, al igual que en la música, el silencio es un elemento fundamental.
Gracias por estas entradas tan elaboradas ;)
Biquiños,
Gabriel

RebecaTz said...

Gracias a ti, María, de verdad que es un escritor interesantísimo. :)

Gabo, se nota que Conrad te ha dejado lleno de poesía:
"esa capacidad suya para despertar emociones usando silencios donde otros nos inundarían de palabras".
Sus obras jamás nos dejarán indiferentes, por el contrario, nuestra mente seguirá girando en torno a los sucesos velados y a las descripciones tan deslumbrantes y sobrecogedoras.

Es mi tercer libro de Conrad gracias a tu influencia. ;)

¡Besos!

Anonymous said...

Ups!! Mis disculpas por el exceso poético jajajaja

RebecaTz said...

Además de poético, gracioso...

mario skan said...

De los libros de Conrad que me impresionaron por su ritmo de narración tengo que nombrar una edición que hizo Estrada para unos libros de Literatura I que tiene una publicación traducida por Cesar Aira llamada El agente secreto, la quietud de ese mar se instala en la lectura hasta con los colores y calores del tròpico o Ecuador, no recuerdo la línea.

Su entrada me parece magnífica, por lo que leí se trata de un personaje magnético por decirlo de alguna manera. Recuerdo a Kurtz y su horror,esta también es una novela intensa? parece que si.


saludos

RebecaTz said...

Muy intensa, Mariano, y el protagonista completamente magnético, como bien dices (creo que Kurtz también irradia magnetismo y misterio).

Tengo aquí El agente secreto, es el próximo libro de Conrad que pienso leer. :)

¡Saludos!

Anonymous said...

¡Hola, Andrómeda! Oye, que bonita te ha quedado esta reseña de Conrad; ya sabes que yo soy conradiana a tope...Justamente este verano releí El Negro del Narcissus. Y sí, creo que uno se identifica más con el narrador o incluso con la tripulación en general. El Negro es en realidad, casi como un concepto, o un catalizador, aunque resulta un misterio difícil de descifrar. La escena de la tormenta es tremenda, de un valor dramático altísimo.
Este verano también leí un par de libros de relatos de Conrad, Entre mareas y Relatos, ed. Valdemar.Aqui tienes mi reseña, por si pudiera interesar a alguien:
http://la2revelacion.com/?p=257
Respecto al Agente secreto, es la única novela de Conrad que me ha costado de leer. Después de ver la peli quizás debería intentarlo de nuevo. Aunque sigo prefiriendo las novelas marinas.
¡Saludos! Y gracias por seguirme en La2revelación.com

RebecaTz said...

Gracias a ti Ariodante, no sé cómo es que todavía no he leído tu reseña de los relatos, voy para allá... :)
Con lo que dices acerca de El agente secreto has despertado aún más mi curiosidad, ya compartiremos impresiones.

Bss.

Lluís Salvador said...

Hola:
Leí tu reseña, me planté en la biblioteca y cogí El Negro del Narcissus. Este fin de semana lo empiezo. Comentaré...
Un saludo!

RebecaTz said...

¡Qué alegría Lluís!, otro Conradiano por estos lares. Esperaré impaciente tus comentarios.

¡Saludos!

Lluís Salvador said...

Hola:
Lo prometido es deuda (aunque tarde).
Estoy muy de acuerdo con tu reseña. Pero yo la empezaría por el final de la misma. A mi parecer, la novela de Conrad no es sino un canto a la tripulación más perfecta, "la mejor que haya conocido" Una tripulación que, cuando aparece Wait, es tan modélica que ejerce su piedad y su solidaridad para con él en bloque. En abierto contraste con el otro "indeseable" del barco, Donkin, que es rata conocida por todos y cada uno de los miembros de la tripulación y la oficialidad, uno de esos bribones de los que se conocen usos y costumbres, Wait exacerba los sentimientos de la tripulación precisamente porque, si es cierta su enfermedad, sobrecoge que ataque a ese hombre fuerte y corpulento. Y si es mentira... Pero las almas buenas no se plantean esa posibilidad. Y aunque así acabe siendo, ya Wait se ha convertido en la mascota del Narcissus, en el símbolo de su tripulación.
Hay una gran carga de ironía (macabra incluso) en toda esta novela. Sobre todo en la historia de Wait, y no sólo por el final. Pero quienes quieran descubrirla harán bien en leerla.
Como he hecho yo, gracias a tu reseña, Andrómeda.
Felicidades de nuevo, y un saludo.

RebecaTz said...

Cierto, Lluís, esas almas buenas o sencillas ven un símbolo en James, lo cual le da un sentido -quizá contradictorio y complejo-, pero sentido al fin, a su estancia en ese pequeño mundo que es Narcissus.
Mil gracias por tu comentario, saludos. :)